Capítulo 32: happier

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— Hey- dije cuando lo vi. Yo estaba con la espalda apoyada en el auto y él se acercaba a mí; la sensación de deja vu me golpeó: ya no sentía las mismas mariposas que aquel día después que confesamos nuestros sentimientos.

Él acortó la distancia que nos separaba y me abrazó, olía diferente, pero seguía siendo Will, mi Will.

— No tienes idea de cuánto te extrañé- dijo susurrando en mi oído, provocando que toda mi piel se erice.

— Yo también- le respondí hundiéndome en nuestro abrazo-. ¿Vamos? Estoy segura que no quieres estar más tiempo aquí.

Will asintió y nos dirigimos hacia mí auto — Pues veo que nadie limpió el auto en este tiempo- dijo él riendo.

— Está limpio- me quejé yo mientras lo encendía-, no está limpio al estilo Will, pero no es una chatarra.

— Sí quieres mañana te llevo al hospital y lo lavo.

Hospital. Lugar en el que trabaja Jackson. Jackson. Hombre con el que engañaste a Will. Will. Tu novio.

Si, si, todos esos datos están presentes en mi cabeza, te lo agradezco.

— Claro- dije sin mostrar demasiada emoción.

— Val, hay algo de lo que necesito hablarte y necesito que me escuches- dijo serio, pero se distrajo-, ¿por qué doblas tan mal? Cruzas demasiado los brazos, si tienes que hacer una maniobra rápida podrías provocar un accidente.

— Will- espeté enojada, odiaba que me dijera cómo conducir-, ve al punto.

— Si, claro- dijo él y volvió a su expresión seria-. A los pocos días de la internación, mis padres vinieron a buscarme, principalmente mi padre- aclaró- quería que saliera de ese lugar, pero yo elegí quedarme. La desintoxicación no fue difícil, no había consumido mucho, pero yo no podía mirarme en el espejo, no podía confiar en mí mismo; si algo me había propuesto en esta vida era nunca lastimarte y...

— Will, sé que no lo hiciste intencionalmente- dije en un intento de tranquilizarlo después de ver cómo se quedó sin palabras.

— No hay excusa que valga, Val, y yo sé que quizás hoy me odies, pero te pido una oportunidad, la última para demostrarte que esta vez sí cambié y que puedo hacer mejor las cosas.

— Sí, Will- dije una vez que aparqué en nuestro edificio-, te doy otra oportunidad y voy a hacer todo lo posible para encontrar un equilibrio entre el hospital y nuestra relación.

Muchas personas quizás creerán que era una idiota, pero Will era mi otra mitad, necesitaba de él para vivir, no concebía mi vida sin él. Si, me había atacado, pero le creía que estaba intentando cambiar. Y yo le debía intentarlo al menos una vez más, y le debía intentarlo bien, por eso había dejado a Jackson.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?- dijo un rato después mientras cocinaba.

— Dime- dije revolviendo la olla.

— Tengo una llamada perdida tuya de hace como 3 semanas, ¿había pasado algo?

Michelle. Había llamado a Will el día que me enteré acerca de mi madre biológica, pero él no atendió y yo lo había olvidado por completo.

— No lo recuerdo- dije y me quise asesinar internamente.

Era la oportunidad perfecta para contarle sobre ella y toda la verdad sobre mi origen, pero las palabras se quedaron atascadas en mi garganta y entendí entonces que todavía no estaba lista para contarle a Will. O a mi familia.

Hasta ahora era una especie de secreto que sólo sabían Michelle, Jackson, el papá de Jackson a quien por cierto conocí y no es nada parecido a Jackson, bueno, no es que sea feo, pero tampoco que era tan lindo como Jackson.

PerdidaWhere stories live. Discover now