Capítulo 35: listen to your heart

12 1 3
                                    

Narra Jackson**

Los repetitivos golpes en la puerta hicieron que me rindiera con el nudo de la corbata y me acercara a abrir.

— ¡Este es el peor día de mi vida!- gritó entrando en mi habitación casi endemoniada.

Qué linda que estaba. Es decir, siempre era linda, pero al parecer ya la habían maquillado y peinado, lo único que faltaba era su vestido ya que tenía puesta una bata.

— ¿Qué te sucede?- pregunté volviendo a mi lucha con la corbata frente al espejo ya que ella se había desplomado sobre mi cama con los brazos en cruz.

— Deja- dijo sin que yo me diera cuenta que estaba al lado mío, empujó mis manos lejos de la corbata e hizo el nudo en un santiamén-. Listo, ahora puedes enfocarte en mí; no sé qué ponerme.

— ¿Michelle no te dejó como cinco vestidos nuevos para que elijas uno?- pregunté y recordé que ya no podía llamar madre a Michelle, no después de las cosas que había hecho con su hija.

— ¡Sí!- exclamó con cara de asesina- Pero todos me gustan, pero a la vez no y además me ha pedido que sea su dama de honor lo que implica que tengo que caminar por el altar con todo el mundo mirándome "Hola, sí, yo soy la princesa perdida".

— ¡Valerie!- exclamé tomándola de los hombros- Tranquilízate, ven, te ayudaré a elegir uno.

La seguí hasta su habitación, parecía que un apocalipsis había pasado por aquí. Me senté en su cama y esperé pacientemente a que se probara todos los vestidos.

— Ese- dije ni bien la vi con el vestido número 4.

— Espera que aún falta uno- dijo mientras se miraba al espejo, no muy convencida.

Me acerqué a ella y la abracé por detrás, odiaba no poder hacer más, odiaba que no fuera mía, odiaba esa maldita distancia que había entre nosotros, pero a la vez ella era como el fuego y yo estaba más que dispuesto a quemarme.

— Confía en mí- le dije y sentí que su piel se erizaba-. Ese es el vestido.

— De acuerdo- dijo sin poder dejar de ver el punto en el espejo en el que nuestras miradas se juntaban.

Al escuchar la voz de la mujer que organizaba la boda llamándonos, nos alejamos rápidamente y nos decidimos a salir.

La boda se celebraba en una de las estancias de mi padre que estaba a sólo unas calles de la casa, aunque de todos modos iríamos en auto, especialmente después de ver los zapatos de Valerie.

Así como Michelle le había pedido a Valerie que la acompañara en el altar, mi padre me había pedido lo mismo. Así que allí estaba parado cuando la vi caminar hacia mí y por un segundo, tan sólo un segundo me permití imaginar que esa era nuestra boda, me permití imaginar que Valerie estaba por convertirse en mi mujer, que ya nada ni nadie nos iba a poder separar. Pero sin embargo la realidad me golpeó rápidamente y volví a la boda de nuestros padres.

Volví a la realidad que estaba muy lejos de mis fantasías, a la realidad en la que la mujer de mi vida estaba con otro hombre.

—-----

— ¿Sabes?- dijo Valerie agachada al lado de la silla de Michelle y de la mía. Pasada la ceremonia, estábamos todos en la recepción y por algún motivo Valerie estaba muy entusiasmada hablando con mi padre así que yo me senté junto a Michelle- Me siento un poco culpable por no haberles comprado un regalo, y un poco por ni siquiera haber confirmado si iba a venir.

¿Por qué estaba balbuceando tanto? De seguro ya estaba ebria.

— Ay, no, cariño- dijo Michelle emocionada-, que tú estés aquí para mí es el mejor regalo del mundo, nadie podría superarlo.

PerdidaOnde histórias criam vida. Descubra agora