Capítulo 15: Love story.

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Narra Will** 

—No tienes ningún derecho a decirme esto después de haberme hecho sufrir por tantos años— dijo con los ojos llenos de lágrimas—, olvídate de mí, será lo mejor. 

Se dio vuelta y empezó a caminar, pero no se lo permití; no le permití que siguiera alejándose de mí, no ahora que me había confirmado que sentía lo mismo que yo. 

La tomé del brazo y la besé. Sí, hice lo que había deseado hacer de nuevo por años. Tardó un segundo en corresponderme el beso y lo supe, realmente lo supe; ella era el amor de mi vida y haría lo que fuera por tenerla a mi lado. 

Nos separamos por falta de aire y nos miramos fijamente a los ojos. 

—Will, yo...— quiso decir, pero volví a besarla. 

Ahora que había probado sus labios, no había nada que deseara más que seguir haciéndolo. Volví a la realidad cuando me di cuenta de que estábamos empapados de pies a cabeza y que probablemente nos enfermaríamos si seguíamos debajo de la lluvia, así que, en contra de mi voluntad, me separé de ella. 

—Nos enfermaremos si seguimos debajo del agua— le expliqué y asintió.
Realmente sabía que teníamos que irnos, es sólo que no podía alejarme de ella, sus labios rojos, por culpa mía, me incitaban a que la siguiera besando. 

—Me puedes seguir besando cuando estemos secos, Will— dijo riendo al darse cuenta de mi falta de voluntad para dejarla. 

—Te tomo la palabra— dije besándola rápidamente para agarrar su mano y dirigirnos al auto.
Sophie y Ben esperaban con cara de pocos amigos debajo del techo del karaoke. No habíamos tardado tanto tiempo, ¿no?

—¿Nos podemos ir?— preguntó Valerie temblando. 

Carajo, se enfermaría de seguro.

—Yo sólo diré que no te cuidaré cuando estés enferma— dijo Sophie cuando entramos al auto—, no es mi culpa que no reacciones como una persona normal y salgas corriendo en medio de una tormenta. 

—Eres una increíble hermana, te lo agradezco. 

Arranqué el auto y conduje rápidamente a la residencia; el frío empezaba a calarme los huesos. 

—Esperen— dijo Val reflexionando después de unos minutos de silencio—, ¿por eso estaban tan nerviosos antes?

Ben lanzó una carcajada que calló cuando me vio que lo fulminaba con la mirada por el espejo retrovisor.

—Claro que no— mintió Sophie, terriblemente mal.

—Sí, claro que sí— afirmó Val—. Eres pésima mintiéndome. Hablen. 

—Hace semanas que Will me está torturando con esto— dijo Ben para mi mala suerte—, ¿sabes lo que fue escuchar la maldita guitarra día y noche?

Noté la mirada de Val en mí, sin embargo, no me animé a devolvérsela; me sentía muy avergonzado. 

—Honestamente— dijo Sophie marcando el vidrio de la puerta con dibujitos—, son el uno para el otro. Ninguno puede realizar una acción normal, no, tienen que cantar y correr en la lluvia.

—Sophie, compórtate o le diré a mamá— la amenazó Valerie riendo.

—Siempre puedo cantarte una canción, bonita— dijo Ben besando su mejilla forzosamente. 

—Ni en tus sueños— chilló Sophie limpiándose la baba que Ben le había dejado en la mejilla.
Miré a Val y nuestras miradas se cruzaron por un instante, provocando que se sonrojara. Debería ser ilegal que fuera tan bella, no era humanamente bueno. Al menos no para mí.

PerdidaWhere stories live. Discover now