Capítulo 6: betty.

32 8 8
                                    

Unos meses después**

—Es que te juro que no significó nada para mí, amor— me dijo Richard mientras me seguía por los pasillos del colegio.

—Sí, eso fue lo que dijiste la primera vez— dije dándome vuelta y enfrentándolo, luchaba para que las lágrimas no salieran—, y sin embargo, fuiste y te acostaste con otra.

De acuerdo, les contaré un poquito; hace unos meses, Richard se acostó con otra. Sí, me engañó. Y sí, yo lo perdoné. El problema es que lo ha hecho de nuevo, pero esta vez no sé si podré perdonarlo. Me lastima lo que me ha hecho, no puedo siquiera mirarlo.

—Te juro que pensé en ti todo el tiempo, amor— me dijo en un tono lamentable—. Sabes que yo te amo como nadie, tienes que perdonarme.

—¡Me tuve que enterar por uno de tus amigos!— espeté enojada— Ni siquiera tuviste la decencia de venir y decirme que me habías puesto el cuerno, ¡otra vez!

—¿Qué está sucediendo aquí?— preguntó Will interrumpiendo la escena que estábamos teniendo en el estacionamiento.

Esto se pone cada vez más y más interesante, me encanta.

—Nada de lo que tú tengas que preocuparte— le dijo Richard enojado por su sola presencia—, piérdete.

—No me iré a ningún lado si no la estás tratando bien— amenazó William acercándose más a él.

¡Dale en las bolitas, niño bonito!

Me reí involuntariamente por el rumbo que tomaron mis pensamientos y los dos fijaron su mirada en mí.

—Will— le digo tomándolo del brazo—, estamos discutiendo, ¿podrías dejarnos solos para que pueda seguir gritándole?

—No voy a dejarte sola, entonces...

—Hombre— dijo Richard visiblemente enojado—, ya vete.

Will me puso cara de "prepárate porque después te acosare hasta que me lo cuentes" y se dio media vuelta para irse.

Qué buen culo tiene, pero déjaselo de mirar que tu novio espera que le sigas gritando.

Volví mi mirada a Richard y me miró con esos ojitos de cachorrito que me ponía cada vez que se acostaba con otra, pero algo en mi interior se encendió. Como una especie de alarma, no me merecía esto, ¿verdad?

Es lo que te dije la primera vez que te engañó, pero tú fuiste y lo seguiste perdonando.

—No puedo perdonarte— le dije con la voz más clara posible—, tú no me amas, no te preocupas por mí porque si de verdad hicieras eso, no me habrías vuelto a engañar. Te entendí y perdoné las primeras veces, pero lo has hecho tantas veces que ya siento que no me queda dignidad para perdonarte.

¿Te quedaba algo de dignidad?

—Valerie— me dijo él serio—, yo soy tu novio. Nosotros estamos juntos, estamos destinados a estar juntos; somos almas gemelas y yo no podría estar lejos tuyo. Ambos hemos cometido errores y los seguiremos cometiendo, lo importante es volver a encontrarnos después de ello.

—¿No te parece que me has lastimado demasiado ya?— dije con los ojos llenos de lágrimas.

—Las personas que más amamos son las que más nos lastiman, Vale, nadie te va a querer como yo, nadie te va a entender como yo lo hago y yo me podré acostar con mil chicas, pero ninguna será como tú. Porque tú eres única y hacer que nuestro amor sea único, tienes que perdonarme. Te juro que haré todo lo posible para no volver a ver esa mirada triste en tu rostro.

PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora