Capítulo 47

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Dylan:

Grecia se lleva las manos al pecho y se muestra descontenta.

—Tengo hambre, Dylan. —susurra y se lleva las manos al borde de la camisa para sacárselo, pero niego.

—Puedo hacer una llamada, Grecia..., No es necesario que vaya al mismo restaurante a comprarte las papas. —respondo y ella asiente.

Se queda en silencio y me observa.

—¿Me llevarías mañana al trabajo? —pregunta.

—Claro que sí. —ella me agradece y se sienta al borde de la cama.

Su mano reposa sobre su abdomen.

—Dylan..., ¿seremos buenos padres? —pregunta con la mirada perdida.

Entro en un estado pensativo y me quedo sin palabras.

Antes no soportaba la idea de ver a un niño, a menos que sea mi sobrina, Melania. Por lo particular los berrinches y los gritos de los niños no los se lidiar. Pero esto es distinto, realmente diferente.

—No sé que responder al respecto. Apenas se lidiar con los llantos que echa Nía, siento que soy terrible cuidando a los niños. —digo y Grecia sonríe.

—Yo tampoco sé como ser una buena madre. Aun no ha nacido y siento que no seré capaz. —me pondo de cuclillas y cojo sus manos.

—Ambos no sabemos como ser padres, pero podemos aprender a serlo.

—Quiero hacerlo, Dylan. No quiero repetir las cosas que pase, quiero que estar en todas las etapas de su vida y que no se sienta solo. Quiero que sea el niño más feliz.

Grecia dibuja una sonrisa y sus ojos brillan.

—Trataremos de ser los mejores padres que exista en este puto mundo. —digo y logro sacarle una sonrisa.

—Necesitamos ayuda de un profesional porque somos personas que realmente lo necesitamos. —ella se muestra de acuerdo.

—Si necesitamos ayuda. —dice mordiéndose los labios.

Después de unos breves minutos tocan la puerta, Grecia se apresura en irse a abrir la puerta y sonríe con entusiasmo al ver las papas.

—¡Esta delicioso! —exclama mientras le da un mordisco a su papa frita. —Esta crocante.

Cojo el abrigo que yace en el suelo y me lo pongo.

—Vendré a recogerte en la mañana.

Grecia hace una mueca.

—Te esperaré. —dice con una leve sonrisa.

Camino hacia la salida y siento la brisa del aire frio chocar con fuerza, siento escalofríos al sentir la noche tan fría. Al llegar a casa, todo esta en absoluta calma, pero los ladridos de la mascota de Grecia se hacen presentes y corre hacia mí.

—Ella no vino. —susurro mientras lo acaricio y abrazo a la perrita de Grecia. —Pronto podrás vivir con ella.

Duermo acompañado de Hash, la perrita se recuesta sobre mí y eso aliviana mi soledad espeluznante.

Me levanto por los ladridos de Hash la cual quiere comer, sirvo sus croquetas y su agua a un lado, la dejo comer tranquila y salgo de la cocina.

Acomodo mi corbata y mi cabello, cojo las llaves de mi auto y salgo de la casa con dirección al hotel.

Grecia sale del hotel y camina hacia a mí, tiene puesto un vestido negro ceñido al cuerpo, su vientre abultado se lleva toda mi atención. Es que es preciosa.

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now