Meine Rettung [H.R.M.A. |+21]

Capítulo 28

Grecia:

Dylan está sumido en los papeles de su escritorio y me parece lo ideal no molestarlo, escribo una nota y lo dejo en el escritorio, son las doce y tengo hambre, no voy a esperarlo hasta que acabe.

Alison camina cerca de mí y me ve de reojo unas cuantas veces mientras ingresamos al ascensor.

-Voy a desgastarme si me sigues viendo de esa manera. -dije y ella dibujo una sonrisa burlesca.

-Oí rumores de que te casarás con el jefe. -contestó sin un gramo de sutileza.

-No es un rumor es la verdad me casaré con Dylan.

El ascensor llego a la planta baja y la deje atrás con la boca abierta.

La cafetería del lugar era pequeña, sin embargo, la comida es deliciosa, sostengo la fuente y paso como los demás por la cola para recibir mi parte, tengo un boleto de comida.

Entrego el boleto a la señora que sirve la comida y ella me entrega mi plato, camino con lentitud a la mesa que esta a un rincón, Alison es rápida ya esta esparciendo el rumor con velocidad, las personas murmullan y susurran en mi cara sin disimulo, pero con una voz baja, pero perceptible.

Sostengo el tenedor entre mis dedos al igual que el cuchillo, corte la carne y me llevo un trozo a la boca, esta delicioso, las papas fritas están crocantes y la ensalada de lechuga contrasta muy bien.

Una mujer de estatura más baja que yo, con piel morena y cabello oscuro esta esperando en la cola, sin embargo, eso no es lo que me llama la atención en ella, sino el hombre que esta a solo pasos de ella reclamándole algo, pero por el rostro de la mujer se nota que no es nada agradable.

El hombre palmea el hombro de sus compañeros de mesa y se sirven en una tasa licor para disimular que se están embriagando, se pone de pie y camina hacia ella, su mano se desliza por su hombro he intenta bajar por su cintura.

Me pongo de pie con rapidez y entierro el cuchillo en la mesa, las miradas se centran en mí, el hombre se ríe y sigue intentando tocarla a pesar de que ella se niegue he intente a apartarse, cojo el tenedor y lo guardo detrás de mí.

Camino hacia ella y la jalo con cuidado.

-¿Qué es lo que te pasa? -pregunto con la poca calma que me queda.

El sujeto llamado "Miguel" gracias a su placa en el pecho que se su nombre, solo se ríe en mi cara.

-Esa mujer ha venido sin maquillaje. -dijo apuntándole el rostro y ella solo se oculta detrás de mí.

Mi respiración es entrecortada por el enojo, la respuesta de ese hombre es tan absurda.

-Tú tampoco llevas maquillaje. -respondí.

Su rostro se puso serio y apretó su mandíbula.

-Soy hombre. -dijo a la defensiva se acerco a mí hasta que nuestros cuerpos estuviesen más pegados, pero sin roce.

-Y ella una mujer.

-Debería venir presentable como una dama. -dijo con absoluta desfachatez cuando su vestimenta era asquerosa.

Dos botones salidos, camisa con pliegues, cabello enmarañado y aliento a licor.

-Como una dama, dices...

Me reí sarcásticamente mirando fijamente a sus ojos.

-Compárate con ella, su vestimenta impecable y limpia, tú pareces un cerdo que recién ha salido del lodo. -sus ojos se abrieron con asombro.