Capítulo 37

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Dylan:

Grecia aferra sus brazos en mi cintura. Doy vuelta hacia ella y la atraigo hacia mi pecho.

Tengo miedo después de tanto tiempo. Quien pensaría que el idiota de Dylan Roquer se enamoraría de ella, cuando al principio formo parte de mis hazañas malditas y ambiciosas. Ahora todo ha cambiado y no se como podría arreglarlo.

Respiro y levanto levemente su mentón.

Ella nació para ser libre, el amor que da es puro y solo un hombre que sepa comportarse con ella lo puede merecer.

Y yo no puede ser merecedor de ello. La miro a los ojos y hago una mueca al sentir que las palabras salen con torpeza.

—Te engañe. Lo he hecho desde el principio. —confieso aquello que he arrastrado desde el primer momento en el que se cruzo esa idea. Una mentira.

—Lo sé y quise odiarte por eso, pero al fin y al cabo yo también te engañé, ambos lo hicimos. —dice con la voz entrecortada.

Frunzo el ceño al ver que ella ya lo sabe.

—¿Cómo? —preguntó lleno de confusión.

Fue Jassel, él le contó todo. Se suponía que yo debía hacerlo.

—Lo escuché todo en la cabaña, Dylan. Te oí hablar con tu padre.

La sensación de estar atrapado es más terrorífico que no haberlo comentado antes de tiempo, porque termino como un imbécil.

—Se que pedir perdón no es suficiente. Desde el principio lo he hecho por ambición, obtener más de lo que ya tengo. Ese es mi mayor defecto, siempre he quise ser el mejor.

Grecia empieza llorar y me siento terrible. Siento un leve vacío en el estómago.

—Lo siento mucho. —mi voz sale entrecortada y aprieto los puños.

Ella levanta la mirada, sus ojos están brillosos por las lágrimas que se avecinan.

—Yo también quise el poder que tú tenías, quería encerrar a esa mujer en la cárcel. Lo quise y lo logré. —se limpia las lágrimas con el torso de la mano. —Yo también soy una mentirosa, después de todo.

—Pero tu fuiste la primera que me lo contó y no lo ocultaste tanto tiempo como yo lo hice. Tú no eres igual que yo.

—No, siempre he sido defectuosa. Nunca he logrado nada hasta el día de hoy, gracias a ti es quien soy yo ahora... —toma un lapso de tiempo. —Si no fuera por el hecho de conocerte, aun seguiría rogando el amor inexistente de esa mujer.

—Ya eras fuerte, solo que no te animabas a ser uso de ello. Necesitabas un impulso para descubrir realmente lo que siempre has ocultado, tu fortaleza esta en ti.

Grecia hace una mueca.

—Siempre he ocupado el papel de ser patética en todo. Pero ahora cuando realmente intento hacer algo bien se nos esta yendo de las manos. —dibuja una sonrisa acompañada de unas lágrimas que desciende de su mejilla.

—Escúchame. —tomo un respiro antes de decir lo siguiente. —Si quieres poner un punto final a nuestra relación, lo entenderé. Me marcharé a otra sucursal de la empresa para no incomodar con mi presencia. Y tú podrás seguir trabajando sin sentirte mal conmigo. Te juro que me iré y prometo no joderte más...

Grecia da un paso hacia atrás y se lleva las manos a su cabello. Mueve la cabeza negando.

—Eres un imbécil.

—Lo acepto, la he cagado por completo, en todas las formas. —desciendo la mirada.

—Entonces, vete ahora.

—No puedo hacerlo. Necesito cuidarte de los que quieren hacerte daño.

—¿Qué hiciste?

—Mate al hijo de un político, ese idiota que se obsesiono con tenerte. Lo más seguro es que quiera matarte para vengarse de esa manera conmigo. Pero, no lo hará, porque antes de que eso pase yo lo mataré.

—Dylan.

—Descuida, haré que todo se vea como un suicidio. Seré cauteloso, este camino tiene muchas piedras.

Mirarla con los ojos llorosos y temblando me da un impulso de querer estrecharla en mis brazos, pero no puedo hacerlo. No puedo forzar las cosas cuando soy un total imbécil.

Cómo duele. La sensación es profunda. Pero debo aceptar el hecho de que soy un idiota. Lo acepto, la he cagado por completo.

—No es tu culpa que un idiota se haya obsesionado conmigo, aunque no debiste llegar al punto matarlo, creo...

—Le advertí que no se metiera contigo y perdió. Ahora solo tengo que eliminar a otra mierda del camino y vivirás sin problemas, te lo prometo.

—¿Dylan, no sientes culpabilidad al matar a alguien?

Niego.

—Disfruto mucho cuando se trata de hombres como el que mate. Fue simple su muerte, no acostumbro a hacerlo de esa manera.

—El ambiente en el que vivimos, ¿Siempre será seguro?
Desvió la mirada y miro hacia la pared.

—No lo creo. —trago con fuerza al decirlo. Nunca he gozado de tanta paz, siempre hay algo que requiera mi atención.

Me arrodillo ante ella.

—Debo marcharme de nuevo a Italia, me reuniré con Akran para acordar el plan y así poder matarlo de una vez, aunque no es nada sencillo. Cuando todo este hecho, me iré.

Ella niega.

—Será difícil que logremos romper lazos. —dice con una vaga sonrisa.

—Pensemos bien las cosas y tratemos de llegar al mismo punto, sin causarnos daños. Pero ya no creemos más mentiras.

Siento el impulso de abrazarla, pero me alejo.

—¿Me estas perdonando?

—No.

Nada será sencillo.

—¿Entonces? —pregunto.

El ambiente se forma tenso y muy silencioso.

—Escúchame. —dice Grecia llamando mi atención.

Opto por quedarme callado.

—En la empresa necesitan tu presencia para las próximas juntas de posibles accionistas y renovar el contrato con algunas sucursales. —dice Grecia cambiando de tema.

—No estaré presente en ninguna de ellas.

Es muy capaz de hacerlo mientras no esté.

—¿Puedes hacerte cargo de ello?

—No lo sé, puede que sí. Aunque tendría que confirmar la lista de registros y el periodo de tiempo en el que debo programar cada reunión para no interferir con los horarios de cada posible accionista. —dice con rapidez y levanta la mirada para verme a los ojos.

Ella realmente es capaz de hacerlo, es increíble.

—Eres totalmente capaz de tomar el cargo mientras yo no pueda estar al tanto.

—Nadie aceptará a menos que tú me nombres como tu reemplazo por un breve tiempo. —se pone de pie y camina hasta posicionarse al frente del espejo.

—Te nombraré, puedes tomar las decisiones que desees y pienses que es lo mejor, confiare en tu capacidad.

—¿Y si lo arruino?

—Te despediré. —miento.

Yo como el líder de todo, tendré que afrontar la situación. No creo que ella lo arruine en tan solo pocos días.

Antes de que le explique todo y que el que asumirá todo seré yo. Pero ella se adelanta.

—Trato hecho.

***


Maratón (1/3)

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Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant