Capítulo 38

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Dylan.

El viaje a Italia había sido mas corto de lo pensado, no había ni una mierda de información. Para que perder el tiempo haciendo algo innecesario. Casi dos meses pasaron, ni siquiera hablaba con Grecia, solo nos limitábamos a hablar sobre como iba yendo las cuestiones importantes que realizaba.

Todo era solo para recalcar temas de importancia, pero eso era lo que se veía venir. Todo estaba muy calmado, la presencia de la política esta muy revoltosa, los casos de corrupción que esparcí se tornaron más extensos.

Al llegar a casa, nadie esta presente en la sala. Cuando llego al segundo piso escucho su voz, la puerta de su habitación esta entreabierta, camino hacia allí para preguntarle sobre la empresa.

Aunque eso sea una excusa tonta para verla. Abro la puerta y ella esta ofuscada en papeles, levanta la mirada y tan solo dice un "hola". Su atuendo llama mi atención, viste prendas holgadas y de un tono oscuro.

Grecia camina hacia mí, tiene el ceño fruncido y cuando se detiene posa su brazo en el pecho.

Está bien tampoco es que imaginaba una bienvenida colorida con serpentinas y todo el rollo.

—No puedes ser tan ingenuo y caer en las trampas más absurdas, creí que eras más inteligente, me doy cuenta que cualquiera podría engañarte.

Dejo de colocarme los botones y camino hacia ella, pongo sus manos en sus hombros, hace una mueca de asco y se aleja. Frunzo el ceño con confusión.

—No lo soy. Sé cuando alguien está engañándome, aparento no saberlo para descubrir quien osa a engañarme. —digo, pero ella ríe en modo sarcástico a mil por hora.

—Tu torpeza pudo haber causado un problema.

Niego.

—Me entere que despediste a casi la mitad de los empleados. ¿Por qué lo hiciste? —mi voz sale con un tono neutro.

—Puedo manejar las cosas, que yo sepa he sido nombrada por ti y tengo la comodidad de despedirlos.

—Eso fue un acto vil de tu parte.

—No lo es. Ni siquiera sabes que tipos de empleados tienes en la empresa, la mayoría no cumple el reglamento. Algunos ni siquiera vienen a trabajar porque las cosas no están puestas con claridad y aun así reciben su sueldo.

—Esta bien, hiciste lo correcto. Callaste sus bocas con la indemnización por lo visto.

—Lo hice, aunque no les di la cantidad que estas pensando. Ellos al haber firmado todo, están destinados a guardar silencio sobre lo que sucede dentro. Si alguno quisiese hablar sobre la manera en la cual realizamos las cosas, se le mandará una demanda a cada uno.

—Eres increíble, las cosas se arreglaron. Mejoraste algunas cosas mientras no estuve.

La manera en la cual hablamos es formal y algo cortante.

—¿Entonces eso era lo único que quería hablar conmigo?

Trato de no mirarla a los ojos para no incomodarla.

—Eso es todo.

—Entonces me voy a mi habitación. —digo.

*

—Entonces todavía no te ha dicho nada.

—Que podría decir. Aun no me perdona y creo que no lo hará.

Jassel golpea mi hombro.

—Eres un idiota.

—Calla y cierra la boca, si no lo haces te golpeare.

Jassel levanta su mejilla y me incita a que lo golpee.

—¿Porque no vas a otro lugar?, ¿A quién esperas?

Grecia sale de su oficina, al ver a mi hermano su sonrisa se alarga y cuando me ve a mi regresa a su estado de seriedad.

Finjo dar vuelta y empujo mi codo al abdomen de Jassel, me inclino levemente a su oído mientras este hace un gesto de dolor.

—Ni siquiera pienses tener una relación con ella. Juro que te partiré la cara si sales con ella.

Él se ríe.

—No he pensado estar con ella en una relación amorosa, es mi amiga. Aunque suena muy buena idea, ella es fantástica. —se que lo dice para provocarme.

Antes de poder golpearlo, la voz de Grecia me hace voltear con rapidez.

—¿Nos vamos? —le pregunta mi hermano con una sonrisa y a mí solo me mira de reojo.

Trago saliva con fuerza.

Ella se va con él, muerdo el interior de mis mejillas. Al percatarme de la presencia de Roxane volteo a verla.

—¿Qué haces acá?

—Vine a verte, pensé que podríamos tomar un café.

—Pues pensaste mal, ahora tengo un jodido dolor de cabeza para escucharte.

—Entonces comamos algo.

Roxane es tan bonita como para estar perdiendo el tiempo en mí.

—Sabes que rechazaré todas tus propuestas, no quiero que empiecen a especular que salgo contigo.

—Escuche que rompiste tu relación con ella. —dice mirándome a los ojos.

—No es así.

—Entonces porque tu no fuiste con ellos, se veían tan entretenidos juntos y tu solo te quedaste aquí.

—Deberías cerrar la boca de una vez. Quiérete un poco y no insistas en salir conmigo, siempre te diré que no.

Comienzo a caminar hasta el ascensor, ella ingresa justo antes de que las puertas se cierren.

—¿No te da pena hacer algo como esto? —pregunto al verla tan incesante. Su cabello ahora este pintado del mismo tono en el que esta Grecia.

—No intentes parecerte a ella, ni eso será suficiente para querer salir contigo. No puedo hacer nada ahora.

—Me encanto el color de su cabello y me lo pinte, no significa que quiera ser ella. Además, si fuera ella no te habría dejado solo en estos momentos.

—Exacto, no eres ella.

—Vamos Dylan, siempre has sido un tipo genial y ahora eres muy aburrido.

Me detengo antes de llegar a mi auto.

—Si soy aburrido eso me compete solo a mí, ahora largo de aquí.

—Deberíamos volver a ser amigos, me llevaría bien con ella.

Me rindo ante su palabrerío y camino hasta mi auto.

—No me sigas, te denunciaré.

—Deberías hacerlo, generaríamos polémica. —dice con una sonrisa con su arrogancia al tope.

—Entiende Roxane, no me atraes para nada. No quiero tener sexo contigo ni salir a la esquina. Tu comportamiento es exasperante, no te falto al respeto. Tú ya te estas pasando del límite habitual.

—Esta bien, me voy. Pero si terminas con ella me llamas, podríamos salir juntos. Tal vez te presentaría a mis amigas y nos divertiríamos como solíamos hacerlo.

Suelto un largo.

—No, gracias.

***

Maratón (2/4)

Narré desde la perspectiva de Dylan, porque creo que debían ver ese punto.

¿Qué les parece? ¿Están de acuerdo en como están yendo las cosas?

¿Creen que Grecia debe hacer sufrir a Dylan?

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora