Capítulo 27 🔞

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Este capitulo tiene escenas íntimas +18
Advertidos están...

Dylan

La piel blanca de Grecia se torna rosada cuando efectuó caricias excitantes como chupar y lamer sus pezones, mis dientes adoran esa parte suave y cremosa del cuerpo de Grecia.

El cuerpo de Grecia esta caliente al tacto, ardiendo ante el sexo anticipado.

Admiré su cuerpo con lentitud, deleite mi vista, recorrí la mirada de arriba hasta llegar a su entrepierna, me puse de rodilla e hice a un lado su braga color rosa, mi delicadeza no existía en estos momentos, rompí sus bragas y lo arroje.

Me puse de rodillas y atraje su entrepierna a mi boca, Grecia controlaba sus gemidos mordiendo sus labios con fuerza, estaba húmeda y eso me dio mas facilidad de ingresar un dedo en su cavidad, soltó un gemido suave y tembló cuando mi lengua volvió a pasar por su clítoris.

Trate con dos dedos y me deslice por su humedad, mis dedos no son delgados, son largos y gruesos, veo cada gesto que hace Grecia ante lo intromisión, una gota de sangre resbala por su mentón ante la fiereza de sus dientes contra su boca para acallar sus gemidos.

—Te haces daño. —dije separando sus labios, para que ya no siguiera mordiéndolos con fuerza.

Comencé a mover lentamente mi dedo sobre su cavidad, también saboreaba cada parte de su hendidura, devorándola por completo sin dejar espacio alguno y que no fuese lamido por mi lengua.

Ya no se opuso a que sus gemidos fueran contenidos, no le importaba acallar esas sensaciones provocadas por los tocamientos y mi boca sobre su piel caliente.

Ella se sostuvo del escritorio con fuerza para no caer, disfrutando de cada caricia que Dylan ejercía sobre ella.

Contengo mis pensamientos para no atravesarla de la manera más ruin con una fuerte estocada con su miembro totalmente excitado y apunto de explotar, quería disfrutar de este momento con calma, sin embargo, ella es tan irresistible, una droga cegadora.

Ella ya esta dilatada, mojada y jodidamente encantadora.

Grecia también lo deseaba con la misma intensidad que él lo hacía.

La humedad en su interior, el olor de la excitación que me excitaba casi tanto como sus gemidos que emanaban de su boca.

Dirigí mis manos sobre mi pretina y lo saque de inmediato, sus manos de Grecia se detuvieron en mi miembro y se bajo del escritorio, poniéndose de rodillas, me bajo el bóxer con rapidez, lo siguiente que hizo fue sumergirse a su boca, era increíble sentir como su saliva húmeda y caliente bañaba mi pene.

Se separo lentamente para poder respirar, volvió a sumergirse todo mi miembro en su boca, me fascina ver sus labios alrededor de mi longitud, ella se detenía cuando no podía sumergirlo por completo ya que le dan arcadas.

Sostuve sus cabellos con mis dos manos y ella abrió los ojos sorprendida por mi accionar, pero no se echó atrás, empecé a follar su boca de manera muy calmada que mi pulso se incrementaba por tener una paciencia maravillosa.

Los ruidos que hacía cuando mi pene chocaba contra su garganta no hacen más que prenderme por completo, ella utilizo su mano para separarme por que fui muy rudo con la última estocada, sin embargo, Grecia no se enojó, su rostro tenia una sonrisa lujuriosa a ella claramente le gustaba.

Su miembro comenzó a hincharse, a engrosarse y moverse impulsivamente hacia arriba, estaba muy excitado.

—Separa las piernas. —dije con la voz tensa y ronca.

Volvió a sentarse sobre el escritorio y abrió sus piernas, dirigí las manos sobre su hendidura y ella estaba más que húmeda, separe sus labios y acaricie su clítoris.

Sus muslos están temblorosos, me como entre el medio de sus piernas y sus ojos se abren sorprendida al notar a mi miembro deslizarse por su piel caliente y húmeda.

‹‹No seas brusco››

Empecé tan lento y mortificante, su estrechez era un jodido éxtasis delicioso, el rostro de Grecia se contrajo, la atraje a mí y devoré sus labios con fiereza para distraerla del dolor o incomodidad que le causaba, mi maldito comportamiento de animal empedernido salió a relucir y le di una estocada que hizo que aullara de dolor y sorpresa.

Ella mordió mis labios con fuerza, tomé entre mis dedos su pezón y lo retorcí suavemente generando placer en Grecia.

—Lo siento por ser un idiota.

Grecia negó y sugiero que no me detuviese.

Respiraba irregularmente mientras la penetraba, empujé más y noté como algo se rompía dentro de ella, su pene por fin había alcanzado el extremo opuesto a su entrada y solo entonces empecé a moverme con calma.

Metiendo y sacando su pene una y otra vez, recorriendo cada parte de su cavidad, respiraba con dificultad, su humedad se le hacía más fácil.

Empecé a llenarla por completo y a intensificar los movimientos, la calma se había esfumado, la sensación de placer alberga mi pecho, el poder llenarla con mi miembro viril una y otra vez, los ojos de Grecia están ligeramente cerrados, esta apoyada en mi pecho, arañando mi espalda y mordiendo sobre mis hombros.

Sin embargo, su conciencia salió a resplandecer y le dijo que estaba siendo muy rudo hacia ella.

Cuando me di cuenta mi pene empezó a dilatarse y empezó a brotar esperma con fuerza, había vaciado dentro de ella, ella pasaba por espasmos cuando toco la cúspide de placer luego de unos minutos que Dylan.

Ella estaba agotada se echo sobre la mesa del escritorio, saqué mi pene de su entrada y pude ver como el liquido espeso salía y se deslizaba por sus piernas.

El orgasmo la había botado por completo, sus fluidos estaban de un color rosa y con mezcla de esperma sobre ella, la había desvirgado como si fuese un animal, sin embargo, Grecia parecía haberlo disfrutado.

Nunca lo había hecho sin condón, ni siquiera se había liberado dentro de una mujer, el control y cuidado siempre lo inundaban hasta en los momentos más calientes y fogosos.

Camine hasta el baño de la oficina y tome un paño húmedo, camine hasta ella y lo pase por sus piernas, limpiando los rastros de sangre, ella alzo la cabeza y me miro con asombro.

Di la vuelta al paño y limpié los restos de esperma de sus piernas, ella se mordió los labios.

***

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now