Capítulo 17

38.3K 2.9K 550
                                    

Dylan.

Todo el plan que hice para que ella disfrutará del momento se vio envuelto en los recuerdos de su madre y la muerte de su padre a mano de su supuesta progenitora.

Estaba llorando.

Ella lloraba y él no sabía cómo consolarla.

Los traumas de su vida la asechaban en este momento.

—No es momento de recordar cosas tristes ahora, estamos cumpliendo medio año, tu madre pagara por todo el daño que te hizo. —acaricio su mejilla.

Ella se limpia las lágrimas con el torso de su mano y niega.

—No estoy llorando por eso Dylan, me siento jodidamente indefensa contigo, estoy enamorada de ti, si bajo la guardia ¿prometes no hacerme daño? —dice controlando sus hipidos, puedo sentir como mis pensamientos se ven afectados con sus palabras.

—Prometo no hacerlo y cuidarte. —mis palabras sonaban sinceras, hasta me sentía mal por eso, debía cortar todo y dejarlos a medio camino, quizás así no sería muy doloroso para ella.

Grecia me toma de las manos e ingresamos a la casa, ella sube las escaleras con rapidez y baja con su obsequio.

—Te lo quise entregar cuando volvieras de tu reunión, quise ser la primera en hacerlo, pero tú te adelantaste. —dice con una sonrisa, sus ojos siguen rojos por el llanto, sus mejillas están de un tono carmín.

—No era necesario cariño—le digo tocando su mejilla.

Empiezo a abrir la caja y lo que encuentro me hace sonreír, encuentro un portarretrato de cuando era un bebé ni sabía que tenía esa foto.

—Gracias por esto, no tenía tantas fotos de estos ya que el incendio se llevó toda esa noche. —digo en voz baja y ella me escucha con asombro. ¿De seguro te la dio mi abuela?, ella era la única que tenía algunas fotos de nosotros, pero no accedía a darnos con tanta facilidad, porque son preciadas para ella.

No cabe duda de que Grecia se había ganado el cariño y amor de su abuela.

—Aunque el regalo era para mí, pero como vi que tu no tenías ninguna foto en el departamento pensé que sería un lindo regalo, detrás de esa esta nuestra primera foto, la del incidente que salió en los periódicos.

Revela su botella de vino, el cual es mi favorito.

—Gracias por esto y por el vino, no te hubieses molestado en comprarlo sé que esto está muy caro. —le digo y ella niega.

—Ahorre dinero para comprarlo, es mi favorito igual, así que si tu no quieres yo puedo tomarlo todo.

—Creo que deberíamos tomar una copa de vino. —le digo y ella me entrega la botella y no tardo en abrirlo.

La sala solo esta encendida con las luces de las velas, en el medio del lugar esta una mesa con aperitivos y la cena, se había esforzado mucho en hacerlo en tan solo pocas horas, lo peor es que no sabía organizar una cena en casa, porque nunca lo había hecho para nadie, cuando quería disfrutar del momento con alguna mujer pasaba las noches en el hotel y no había dudas de que era muy sencillo.

Ella dejo el ramo de girasoles en un jarrón, se sacó los zapatos y en un segundo se sacó la camiseta que la cubría, mostrando su crop top de color vino, se ceñía a su cuerpo definiendo su cintura.

—Creo que ya encontré mi estilo de ropa. —dijo señalando su crop top y la camiseta que yacía sobre el mueble.

Ella me ayudo a servir las dos copas de vino, me entrego uno de los que sostenía.

—No hay que desperdiciar absolutamente nada. —dije besando su la parte de debajo de sus labios rosados, ella me atrajo hacia su boca.

—Deberíamos disfrutar del momento con todo el placer que nuestros cuerpos puedan dar el día de hoy. —dice mordiéndose los labios con fuerza.

La idea era muy buena, sin embargo, el jodido teléfono empezó a vibrar en su pantalón, se confió de que este dejaría de sonar y todo estaría bien, sin embargo, eso no paso, dejo de repartir besos húmedos en el cuello de Grecia y contesto el teléfono.

El nombre de su hermano menor aparecía en la pantalla de su celular, se paró enseguida y camino hacia la esquina de la sala, Grecia frunció el ceño con confusión, pero no dijo nada y siguió bebiendo de lo que sobraba en su copa.

—¿Que paso Jassel? —dijo con un tono de enfado.

—Bueno, hermano, el trabajo se ha estado complicando en estos lares, no puedo simplemente hacer tan rápido, veras hay una chica pelirroja que me hace la vida más complicada en estos días.

—¿Y que tiene la chica? —pregunto.

—Me observa y siento que ella ya tiene dudas sobre mí.

Miro a Grecia la cual me sonríe y alza su copa, le devuelvo el gesto con una sonrisa.

—Eres guapo, Jassel, pareces un puto adonis con esa cara, tu perfecta simetría de tu rostro debe volverla loca, ¿acaso te escucho tener miedo?

Escucho su risa nerviosa.

—Ella es astuta y misteriosa, no creo que se fije en la simetría proporcional de mi rostro, Dylan.

—Haz que se ponga de nuestro lado, es tan sencillo de hacerlo, posees la inteligencia y belleza para seducirla. —susurro.

—¿Como hago que este de nuestro lado? —pregunta con curiosidad, cuando es más claro que el agua, lo que he dicho.

—¡Joder! Está muy claro lo que debes hacer con ella.

—No lo sé, hermano dímelo tu. —dijo Jassel.

Su hermano seguía con la misma idea de siempre y nadie era capaz de cambiarlo, él no realizaba ese tipo de juegos que pusiera en regla romper el corazón de una chica, sin embargo, el sí sufría con el corazón roto si alguna mujer se lo hacía.

—Veras esta fácil lo que tienes que hacer, si la chica no te deja en paz, tus dulces palabra y tu hermoso corazón encontraran los versos perfectos para que ella suspire por ti. —lo dije muy bajo al percatarme que Grecia se puso de pie.

—No podría hermano eso sería dañar los sentimientos a una mujer y tú sabes que eso conmigo no van de la misma mano.

—Tendrás que hacerlo, haz que ella se pierda en tus hermosas palabras y que se derrita al solo verte.

Lo que decía era muy cursi e incesante, su hermano era muy ingenuo o es que todavía no conocía del todo la vida que vivíamos.

—Tendría que enamorarla ¿y luego qué?

—No lo sé luego, tú decides, pero si no quieres hay otra opción que no suelo usarlo con mujeres en lo particular. —dijo con la intención de alentar a Jassel a que lo hiciera, no quería matar a nadie por ahora.

—No te atreverías a hacerlo. —dijo con enfado.

—Si no sería capaz de hacer algo como asesinar a personas, no estaría en el puesto en el que estoy, Jassel.

—Entonces lo hare, pero tú no te acerques a ella.

Su hermano soltó un largo aire reprimido.

—Muy aparte para que voy a querer a esa chica si ya tengo una, tú debes encontrar a alguien que logre escuchar todos esos poemas y palabreos llenados de miel que suele brotar de ti, querido, hermanito.

—Yo no soy igual que tu Dylan, no uso a las mujeres para obtener riqueza o ganancia alguna.

Mire a Grecia la cual comía sin despegar la mirada de la cena.

—Yo lo que quiero lo consigo, no me importa el precio.

***

Editando los capítulos.

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now