Capítulo 3

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Grecia

Bajo el maletín de arriba de mi armario, este se cae de mis manos y aterrizan en mi pie, me quejo de dolor, pateo la maleta con frustración.

Los pensamientos se cruzan en mi mente y pienso en lo que podría pasar, mi mente ya está proyectando una película, estoy siendo muy exagerada, si pasa algo lo denunciaré al medio no creo que le iría bien ya que estaban en crisis.

La decisión que tome era muy apresurada, pero era urgencia, me siento sofocada, moví mi escritorio y abrí el cajón de atrás, tanteo la madera, una pequeña bolsa esta sobre ella, sonrió al encontrarlo.

La presencia de mi madre hace que me caiga al piso, la bolsa cae a unos pasos más adelante, gateo para llegar, pero ella ya lo toma en sus manos, sonríe con malicia y abre la pequeña bolsa.

—Me debes dinero, esto pagará tu deuda. —cuenta mi dinero y se guarda en los bolsillos.

Observo todo con decepción, una vez más lo volvió a hacer, me pongo de pie e intento quitarle mi dinero, pero ella se pone reacia.

—¿Por qué haces todo esto? —le digo indignada.

Se empieza a reír, se toca el puente de la nariz, parece estar pensando en lo que dirá, camina en círculos alrededor del cuarto.

—Siempre quise decírtelo, pero no encontré el momento adecuado pequeña. —dice de lo más calmada y metiendo intriga en lo que dice.

—Dime lo que tengas que decir.

—No eres mi hija. —su mirada esta fija en sus uñas recién pintadas.

La puerta es abierta de manera brusca, sus gritos son reconocidos al instante, su aspecto desastroso inunda mi cuarto, las palabras también salen de su asquerosa boca.

—Eres una maldita huérfana. —dice mirándome fijamente y luego la señala. —Ella no quiso tener hijos con su antiguo esposo y simplemente se inventó una mentira, tu padre adoptivo solía viajar por negocios y tu madre realizo una jugada, cuando él llego se dio con la sorpresa de que tu madre estaba embarazada, cuando se volvió a ir de viaje y luego regresó, tú ya estabas en los brazos de mamá.

Llevo mis manos a la boca y mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas, sus sonrisas malévolas me hacen sentir odio y repulsión, empiezo a llenar mi maleta de manera silenciosa, ella le muestra mi dinero ahorrado a él.

Cierro la maleta y lo pongo en el piso, en mi mesa de noche reluce un cuchillo, me apresuro en agarrarlo y jalo a la que solía conocer como mi madre y se lo pongo en el cuello, su marido intenta abalanzarse sobre mí, posicionó el cuchillo más fuerte en su garganta.

—Tú lo mataste ¿verdad? —destellos de recuerdos vienen a mí, tenía cinco años cuando lo presencie.

Pensé que era una pesadilla, pero ahora estaba segura que ella era muy capaz de hacerlo, por eso había recibido esta casa y vendidos las cosas que tenía mi padre, todo se amoldaba perfectamente, no guardo luto, no la vi llorar, en vez de eso la vi reír y estar con ese hombre en la misma cama de mi padre.

En esta misma posición estaba mi padre, aislado por un cuchillo en su garganta por el verdugo que es el marido de ella, él pedía que le perdonaban la vida y condicionaba a mi madre para que yo me quedase con él con la razón de que el firmaría todo a su nombre, él cedió todo, pero fue degollado al instante y sin piedad, el recuerdo de sus risas las tengo memorizada por completo, suenan igual que en estos momentos.

—Lo recuerdo todo, por eso me enviaste con los abuelos, porque solía preguntarte por qué papa no despertaba de ese sueño profundo.

—¡Lo hice! ¡Lo mate porque lo ansiaba y me urgía matarlo! —dice gritando y se ríe como una loca desquiciada.

—Podría matarte en estos momentos. —le susurro muy cerca de su oído, no quito la mirada del hombre.

—¡Hazlo! —grita.

Mi corazón late de manera descomunal, mi agarre en su cuello se hace más fuerte, ella comienza a toser, me descuido en breves minutos y ella aprovecha en golpearme con sus codos.

Caigo al piso, ella me arrebata el cuchillo de las manos, se posiciona detrás de mí y ejerce presión en mi cuello con sus brazos, pataleo buscando salir de esa llave, pero es imposible, mis ojos se cierran poco a poco, dejo caer mis brazos a los costados, el aire empieza a faltarme, las sonrisas en sus rostros no desaparecen y eso me enoja, así que trato de removerme, pero el otro me sostiene las piernas y besa a su mujer mientras ella me está asfixiando, su agarre se aflora un poco, la loca me quiere matar lentamente.

Mi celular suena varias veces, las pisadas hacia mi cuarto son leves, pero puedo escucharlas, ellos no lo hacen ya que están concentrados en besarse, un hombre con traje está en el umbral de mi puerta, alzo la mirada hacia su rostro.

<Dylan>

Lo veo sacar un arma y ponerle silenciador, tose para llamar la atención, el otro no tarda en abalanzarse sobre Dylan, pero es imposible ya que lo esquiva y lo derriba al piso, se pone de rodillas y le da un golpe certero en su cuello.

Ella grita y va con él enseguida, dejando a mi tirada, Dylan posiciona el arma en la frente de ella, yo me toco el cuello y empiezo a toser, lo miro a los ojos los cuales parecen estar irradiados de furia pura, parece buscar una aprobación para llevar a cabo el disparo.

Trato de caminar hacia él, quiero el ama en mis manos, yo quiero hacerlo, ser yo quién haga el disparo, no quiero que alguien lo haga por mí, el rostro de mi padre se cruza en mis pensamientos, mis ojos se empañan con las lágrimas, no puedo hacerlo, no me rebajaría a cometer lo mismo que ella hizo.

Tomo la mano de Dylan antes de caerme al piso, sus ojos son los últimos que veo al desmayarme.

***

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now