Capítulo 10

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Grecia:

El acento de Dylan es muy tentador, su inglés es muy fluido, lo miro como una tonta mientras este habla con el taxista, cuando este se acomoda mejor en el asiente, sonríe al verme.

-Estas muy hermosa. -dice y hunde su cabeza en mi cuello, el deja besos alrededor de esa zona que estremece mi cuerpo.

Mi vestido es de color perla y me lleva hasta la mitad de mis muslos, tiene un corsé que se ajusta de maravilla a mi cintura y hace que tenga más curvas en mi delgado cuerpo, no fue necesario ponerme un sostén ya que este no necesitaba, mi maquillaje era muy bajo y el delineado acentuaba más mis ojos chocolates, le daban un aspecto más grande.

Me sentía como una mujer de época con un vestido de este diseño, pero era muy sensual y atractivo, me sentía de lo más fantástica con lo que veía a través del espejo.

-Lo sé. -suelto en un leve susurro, él se ríe y me mira a los ojos con curiosidad.

-Me encanta tu seguridad. -lleva las manos detrás de su cabeza.

-Debo amarme a mí misma antes de amar a otros, a pesar de que estuve rodeada de gritos y que mi estabilidad emocional brincaba en un hilo, cada que escucha los gritos me repetía que yo sería la primera persona a la que debería amar, antes solía amar a mi madre con devoción ese es el caso. -lo último lo digo en apenas susurros.

Y así es como arruino el momento con mi pasado pésimo.

-Bueno te entiendo más de lo que crees, si eres la indicada algún día lo sabrás.

Dylan sostiene mi mano y entrelaza nuestros dedos, en mi interior se forma un nudo, me siento terrible por querer usarlo, pero la justicia no se encuentra porque sí, debo hacer justicia por mi padre, el dinero es la mejor solución, tal vez si logre acercarme más o tener un vínculo fuerte e íntimo con Dylan se lo diré, sin embargo, por ahora solo somos dos personas que experimentan tener la compañía de otro con la excusa de tener novia.

Se que lo que somos no significa nada para él, por el momento siento que Dylan también me está usando, ambos nos necesitamos, pero ninguno de los dos conoce las intenciones del otro.

Mi turba de pensamientos se ven interrumpidos por su voz que logra sacarme de esa nube espesa en la que estaba, me ayuda a salir del taxi e ingresamos a un restaurante muy elegante, miro los alrededores del lugar y llevo la mano a la boca de sorpresa, antes de ingresar veo que él le da una tarjeta a la señorita de la entrada, ya en el interior, un joven se acerca a nosotros para llevarnos a una mesa, cuando ya estamos sentados un joven distinto aparece con la carta del menú, Dylan es el que se encarga de pedir la cena.

La comida es igual o más rica de la que probamos cuando llegamos a Londres, termino de comer el último trozo que yace en el plato, me levanto de la mesa y voy hacia el baño, me aseguro de no tener una lechuga adornando mis dientes, no quería pasar una situación vergonzosa, acomodo mi cabello, pero este cae sobre mis hombros, me doy por vencida y guardo los ganchos que sujetaban mi cabello en mi bolso.

Termino de beber el vino que sobra en mi copa y me levanto de la mesa, me entra la curiosidad de saber lo que hay arriba, subiendo las escaleras hay una puerta para ingresar al piso, mujeres y varones se amontonan para entrar.

-¿Qué es lo que hay arriba? -pregunto con asombro.

Él estira su mano para que lo tome y lo hago, subimos las escaleras hasta llegar a la puerta, Dylan vuelve a sacar una tarjeta y se lo entrega, al ingresar hay un largo pasillo que está cubierto por espejos, no puedo ignorar la mancha de labial corrido así que tomo mi pañuelo de mi cartera, seguimos el camino de los largos pasillos hasta llegar a un ascensor.

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now