Extra

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Dylan Roquer

Los primeros meses de mi hija realmente fueron caóticos, aunque he de resaltar que tengo recuerdos en nuestra sala colgados y que a Grecia no le gustó mucho que digamos en ese momento, ya que cuando Persie cumplió nueve meses se fue de cara a la tierra húmeda e intento tragarse una flor, Jassel se apresuró en sacar foto de eso y fue por él que se enteró porque nos dio retratos con la nota que decía "sus primeros pasos" muy lindo y todo, pero el reclamo me lo llevé yo... sin embargo, es un buen día para recordar.

Era una mañana agradable hasta que Grecia me dijo que debía cuidar a Persie y si bien, suelo estar casi todo el día con ella, cuando su madre se va empieza a llorar, cosa que me abruma porque parece que le hubiesen hecho tanto daño en su corta vida.

Grecia tiene que disimular a la hora de coger las llaves y marcharse al supermercado. 

Mi hija ni siquiera se da cuenta cosa que agradezco, ella mantiene los ojos sobre mí y envuelve sus pequeños dedos alrededor de un dedo mío, suspiro al ver que recuesta su cabecita en mi pecho, doy ligeras palmadas en su espalda y percibo esos sonidos tiernos saliendo de su boca, me da una pista clara de que ya va a dormirse sin necesidad de tomar leche, sin embargo, todo acaba al ver que Jassel ingresar.

Lleva consigo una cámara en las manos, es colorido y lleno de flores, lo cual alborota por completo a Persie, ella estira los brazos queriendo agarrarlo. Mis gritos internos quieren salir a modo de golpear a mi hermano por su abrupta interrupción.

― ¡Oh, bebé! ―dice Jassel con una voz chillona que le agrada a Persie y estira los brazos para ir hacia su tío dejándome de lado, pero mi hija no va solo porque lo quiere, ella anhela coger la cámara y cuando lo tiene vuelve a estirar sus manos para que la cargue.

La sonrisa de Jassel se desvanece, pero aún la mira con devoción.

―Deberías tener un hijo propio... ―intento terminar mi frase, pero él niega al instante ―, para que sepas lo que es intentar dormirlo y luego enfadarse porque su tío interrumpe en su casi siesta.

Jassel se rasca la cabeza avergonzado por eso y se disculpa.

Él y Renata son tal para cual, comparten esa chispa de amabilidad y armonía en sus vidas, lo único que les diferencian son sus aspectos, Jassel a pesar de ser un artista premiado, se ve como un tipo frío, aunque no lo sea y Renata pues, ella sí que tiene rasgos más suaves y su modelo ejemplar a Adler, no sé que decir, Adler es... todo lo malo, pero bueno con su familia y gente que no lo joda, yo por mi parte me he llevado la diversión de todos.

Bajo a Persie al suelo y ella envuelve sus manos en mis dedos para hacerla caminar, pero es floja para hacerlo y debo cargarla, mientras sus pies se arrastran en el piso hasta llegar al jardín.

― ¿Ya camina?

Volteo de inmediato y me pregunto si es ciego.

―Pues no.

―Deberías dejarla caminar sola.

―No.

― ¿Por qué no?

―Podría caerse.

Él asiente.

― ¿Ya se ha caído?

―No ha tenido caídas fuertes.

Persie se sienta encima de la tierra húmeda y me imagino la cara de Grecia al sacar a la bebé al jardín después de que haya llovido toda la noche. Intento llevarla, pero protesta e intenta morderme, sonrío ante eso, es igual a su madre. La dejo tranquila, allí sentada jugando con la cámara de juguete que Jassel le ha entregado.

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora