Capítulo 19

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Dylan no me ha dicho nada, pero mi cabeza ya imagina muchas cosas malas, al llegar a Italia fue muy raro, no teníamos pasaporte, sin embargo, él no se preocupó tanto como yo y al día siguiente fuimos a un lugar para tomarnos fotos, no contradije en lo absoluto, ya teníamos muchos problemas como para que nos deportaran para Alemania nuevamente, no quería vivirlo otra vez, todavía recuerdo esos cuerpos en el patio.

Recorro el cuarto, abro la ventana y dejo entrar un poco el aire frío que ofrece Venecia, las manos de Dylan se posan en mi cintura.

-Ya lo pensaste bien, me dirás lo que realmente haces. -levanto la mirada para enfrentarlo.

-No deberías saberlo, Grecia. -dice he intenta posar su mano en mi mejilla.

-¿Qué es lo te pasa?

Él se aleja y camina hacia el otro extremo de la habitación.

-Si te digo que estoy metido en la mafia ¿Me creerías? -dice.

Dibujo una sonrisa de incredulidad, pero al no ver una risa sarcástica de parte de Dylan todo mi cuerpo se desvanece.

-Te creería. -mi mirada esta borrosa, me sujeto de su brazo para levantarme.

Veo como su manzana de Adán se sube y baja continuamente, está nervioso.

-Soy parte de la mafia. -contesta.

Eso explica el arma ese día, mis nervios se ven disipados por el temor, ahora lo que tengo es miedo de que pueda pasarle algo.

-Iban a matarte Dylan, debes ser consciente de que estamos juntos ahora, soy tu novia, acaso ibas a sumergirme en una cúpula de cristal ¿Tal vez? -inquiero acusadora, sus facciones se hacen más duras.

-No debías saber nada de esto.

Alzo las manos indignada, camino lejos de su cercanía, salgo de la habitación y camino hacia la sala.

-Ibas a mentirme, ¡Eres un idiota!

Dylan se acerca a mí y sostiene mis brazos.

-¿Te hubieras quedado? -pregunta retándome con la mirada.

-No lo sé. -mis ojos se empañan de lágrimas.

-Lo siento mucho por haberlo hecho, nunca debimos llevar esto a algo.

-Pasaron alrededor de ocho meses y no pudiste decirlo, sé que es difícil confesar que perteneces a un mundo ilícito, pero lo hubieras hecho.

-Engañarte fue terrible, las mentiras no rodean... -su mano hace contacto con mis mejillas, limpia las lágrimas.

-No fue mentira lo que hiciste, fue ocultar la verdad.

Lo miro a los ojos y este me evade, luce nervioso y temeroso.

-Ambos ocultamos nuestros verdaderos propósitos.

-Yo fui sincera contigo. -susurro.

Me suelta las manos y se va dejándome sola en la sala, suelto el aire reprimido que contenía hace diez segundos, mis manos están sudorosas, mi piel esta enchinada.

________

Él ingresa a la casa, esta vestido pulcramente con su traje blanco, su cabello está perfectamente peinado hacia atrás, tiene un look ochentero, sus zapatos negros están bien lustrados.

Acomodo mis gafas de sol antes de salir, subo al auto inmediatamente.

-Toma, puedes comprar lo que desees. -estira su brazo, en sus manos tiene una tarjeta negra.

-Tengo suficiente dinero para comprar mis cosas. -mi lado orgulloso está a mil, no quiero aceptar la tarjeta.

-En este lugar solo hay tiendas exclusivas, esto te ayudará, pero si no lo quieres no hay problema. -dice guardando la tarjeta en su bolsillo de su traje.

-Trabaje lo suficiente para comprar mis cosas.

Dylan fija su mirada en la ventana.

-Dejarte sola en ese momento estuvo mal, pero tenía cosas que arreglar para que en el regreso no haya problemas en tu vida. -dice Dylan.

Lo que dice me confunde.

-¿Qué?

Me acerco más a él.

-He llegado a la conclusión de que no es bueno que estés a mi lado, corres mucho peligro conmigo.

Observo sus gestos y no hay indicios de que eso sea una broma.

-¿Estás hablando de terminar? -muerdo mis labios con fuerza.

-Cuando volvamos a Alemania, decidiremos si ponerle fin. -responde con voz baja.

-Ni siquiera estás poniendo de tu parte, para que esto realmente funcione. -aprieto las manos. -me he enterado hace dos días que perteneces a la Mafia y tú te culpas por serlo, yo no tengo porque reprocharte eso, ya que creciste siendo parte de ello.

-No tuve elección. -susurra mirando por la ventana.

-Hemos sentado la base de nuestra relación y ahora quieres ponerle fin, tan fácilmente.

-El peligro que corres conmigo es constante, viste lo que paso. -voltea a mirarme.

Me siento en su regazo y coloco mis brazos detrás de su cuello.

-No temas, soy una mujer fuerte, puedo protegerme sola. -mis palabras salen entrecortadas, quiero llorar.

Dylan esboza una sonrisa nerviosa.

-Lo sé, tu fuerza y capacidad de realizar las cosas con astucia no dejan de sorprenderme.

Me aferro a su cuello y pego mi cabeza a su pecho, tal vez estos momentos en Italia podrían ser los últimos.

-La decisión que tomemos será la mejor. -digo al borde del llanto.

Ponerle fin a esta relación o continuarla, cualquiera que sea nuestra decisión, debemos poner de nuestra parte para mejorar.

***

Al descender del auto, nuestras manos están enlazadas, las pocas personas que no rodean nos hostigan con sus miradas intensas, tal parece que sus ojos no han visto a personas rodeadas de guardaespaldas.

Ingresamos en una tienda de ropa de mujer, camino hasta la sección de vestidos veraniegos, cojo los que me gustan, Dylan se encarga de ayudarme a sostener los vestidos que voy escogiendo en el camino hasta llegar a la caja.

-Pensé que demorarías más. -dice él entregando la tarjeta a la señorita que está en la caja, acepte que Dylan pagará por las cosas.

-Tengo poderes. -llevo mi dedo índice a su pecho.

-No cabe duda de que sí.

Sonrió al verlo soltar una carcajada, la señorita de la caja sonríe cuando ve la faceta de un Dylan muy tierno, es mi pequeño grandulón.

***

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now