Capítulo 34

31.9K 2.3K 257
                                    

No pierdas en mis balas, Carabinero,

Porque yo soy paloma

De mucho vuelo

Si quieres que te quiera

Me la ha de dar antes

Aretes y sortijas

Blondas y guantes.

Ricardo Palma (Tradiciones peruanas)

Grecia.

Una semana después.

Dylan al principio quería romper la puerta ya que pensó que estaba desmayada o algo parecido, pero tuve que poner la mejor cara para hacerle frente, quedo sorprendido por mi corte de cabello.

Su miraba denotaba extrañeza, estaba claro que se encontraba perdido en sus pensamientos así que solo atinó a decir.

─Estas hermosa, cariño. ─su voz salió un poco ronca.

Dylan viajo a Italia por unos negocios que necesitaban su presencia fue realmente raro que me dejara sola cuando solo se fue a tomar aire, pero eso me dio tiempo para poder llorar y volver a levantarme.

Lo observo y pongo mi mejor cara para estos momentos, frunce el entrecejo al ver que no lo recibo de manera eufórica.

Retrocedí cuando quiso tocarme y solo le di una sonrisa, tan falsa como el color que había tinturado mi cabello, hace tres días.

El rojo realmente me hacía ver realmente bien, me daba esa postura y carácter que no me daba el antiguo color de cabello, el rubio lo deje atrás.

Estoy cambiada, tengo puesto un vestido negro ceñido al cuerpo, pero noto un leve abultamiento en mi estómago, lleve mis manos ahí y lo planche con mis manos para que la tela dejara de arrugarse.

─Desde hoy iré contigo, deseo conocer más sobre los nuevos accionistas que se unirán a la empresa. ─Sali del cuarto y fui a la cocina.

─Come, aunque sea una manzana, no estas alimentándote bien Grecia, ya me han dicho eso los empleados. ─me reta con la mirada, pero yo solo lo ignore y pase por su lado.

─Ya desayuné antes. ─le digo y era cierto, tuve ansias de querer comer y sacié las ganas.

Entro en el auto y acomodo mi cartera a un lado, Dylan se queda observándome, pero no dice nada.

Cuando llegamos a la empresa me apresuro en abrir la puerta y entrar, me encanta el sonido que hacen mis tacones, las miradas en mí no tardan en llegar, los murmullos y sonrisas de algunos llegan.

Los saludo amablemente y entramos al ascensor, marco el número, este empieza a ascender, yo emito silbidos un tanto molestos, pero él no se queja de eso.

Llegamos a la sala de reuniones y Dylan se acerca a mí, pero yo trato de esquivarlo, sin embargo, él me retiene y hace que me siente.

─Te noto demasiado rara, Grecia. ─inquiere.

Yo niego ante todo con una sonrisa, pero él se acerca más a mí, fija su mirada en mis labios, se lo que trama por ahora no estoy dispuesta a ceder ante eso, volteo mi rostro rápido cuando noto su movimiento apresurado, sus labios quedan pegados a mi mejilla, se separa de mí y se opone a dejarme salir de esa posición.

Suelto un largo suspiro, realmente no sé cómo estoy acallando todo lo que siento en estos momentos, tengo su cara tan cerca como para que mi mano estampe contra ella, pero no lo hago, siento mi corazón latiendo rápido, mis manos empiezan a sudar, siento que romperé a llorar en cualquier momento si sigue insistiendo.

Meine Rettung  [H.R.M.A. |+21]Where stories live. Discover now