IMPERIO 8.

162 13 0
                                    

Pasé una semana y media en Moscú con mi abuelo Yakov y como siempre me divertí mucho estando con él, me encanta estar aquí con un hombre que me ama. Mi abuelo sólo tuvo tres hijos hombres y hace algunos años me dijo que él siempre había querido tener una niña, pero a cambio tenía a un despreocupado hijo — mi tío Danielle — yo amo su carácter despreocupado, bromista y hasta cierto punto es como mi abuelo. Edik y yo nunca nos hemos llevado muy bien que digamos, aunque ya tiene veintiséis años y no vive con mi abuelo.

También pasé una semana y media mas en San Petersburgo con mi abuelo Edmon, esta vez quise hacerlo así y por supuesto que ninguno se negó. Mi abuelo Edmon es más estricto, pero no de una manera exagerada.

Oliver me llamaba todos los días sin importar el cambio de horario y cada día me gusta más. Esas tres semanas lo extrañé y me dijo que cuando regresará me tendría una sorpresa. A decir me sorprendió cuando tres días después de que llegara a Moscú me pidiera disculpas por lo que me dijo el último día que nos vimos en Nueva York, la verdad parecía arrepentido y me aseguro que me daría todo el tiempo que fuera necesario y que iríamos como yo quisiera.

De verdad me gustaría intentar algo con él. Aunque fuera a miles de kilómetros de distancia hablando solamente por llamada, videollamada o si era muy tarde por WhatsApp me sentí demasiado bien cada día al hablar con él, me hacia sentir cosas que nunca había sentido con nadie más. No había día en que no me preguntara si así era de lindo conmigo estando demasiado lejos, ¿Cómo seria estando frente a frente?

— Te extrañé hermosa. — Me abraza con una sonrisa.

Fueron casi cuatro semanas demasiado largas. Los primeros días después de llegar a Nueva York no pude salir, ni siquiera con Adriano solo iba a mi casa varias veces. Mi papá solo lo permitía así pues su pretexto era decir que ya había estado tres semanas fuera para no dejarme salir.

— Y yo a ti. — Me separo de él y veo que ya no tiene brackets se ve aún más lindo sin ellos.

— Me los quitaron hace una semana. — Me besa y muerde mi labio inferior. — Vámonos.

Esta vez no vamos al horrible y sucio departamento, estamos frente a un motel que se ve bastante decente y solo lo confirmo cuando entramos a la habitación. Nunca había estado en uno, pero es mucho mejor. Cualquier lugar es mil veces mejor que ese departamento.

— Me estaba volviendo loco por verte de nuevo. — Apenas cierra la puerta vuelve a besarme y sus manos se meten en mi blusa.

Prometí que dejaría que me tocará así que no protesto. Me recuesta lentamente en la cama sin dejar de tocarme los pechos con ambas manos.

— Aitana, hay algo importante que debo decirte. — Hace una mueca cuando se separa de mí.

— ¿Qué cosa? — El corazón me late con mucha fuerza.

— Te mentí respecto a mi edad.

— ¿Por qué? — Sabía que era imposible que tuviera dieciocho.

— No sé, pensé que si te decía mi verdadera edad no ibas a querer estar conmigo.

— ¿Qué edad tienes?

— Veintidós. — Sabía que era al menos un año mayor que Andrei. Entonces es ocho años mayor que yo. — Entiendo si ya no quieres volver a verme.

— ¡Es que si quiero! — Sonríe.

— Eres una niña tan hermosa. Me encantas. — Besa mi cuello.

Vuelve a tocarme y esto se vuelve un poco más fácil y él siente que ya no estoy tan tensa pues comienza a besarme con un poco más de ansias.

— Quiero verte más seguido.

AITANA. (Imperio #2)Where stories live. Discover now