IMPERIO 28.

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Han pasado cuatro semanas desde que decidí finalmente dejar de ver a Oliver. Sigue llamando y enviándome mensajes y yo sigo haciendo lo mismo: Ignorarlo y seguir con mi vida. Tomé una decisión y eso es lo que haré. Ha pasado un mes, de nuevo me siento yo, muy tranquila sin tenerlo a él.

Nueva York tiene todos los climas posibles del mundo. Al día siguiente despertamos con una tormenta eléctrica que por suerte solo dura un par de horas. A la hora del almuerzo en el colegio ya era mucho menos fuerte.

— ¿Nos mojamos de nuevo como ayer? — Pregunta Adriano con una sonrisa.

Todos nos miran con la boca abierta. Ayer como los últimos días estuvo lloviendo y como hace algunas semanas volvimos a caminar desde Central Park hasta mi casa. Yo solo sigo esperando que esto no se le haga una mala costumbre a Adriano o muy rápido me voy a enfermar. En el último mes lo hemos hecho como cuatro veces.

— ¿A qué se refieren con mojarse? — Comienza George y pongo los ojos en blanco. Sé lo que están pensando.

— Cuando llueve y no llevas nada para cubrirte como una sombrilla, obvio te mojas, ¿No? — Adriano suelta una carcajada. — Y aquí llueve bastante.

Continuamos así el resto del almuerzo. Me encanta molestar a George, así como a él le encanta molestarme a mí. Fue uno de los primeros amigos de Adriano que conocí y es imposible que no te caiga bien.

Adriano lleva poco más de una semana saliendo con alguien más pero siempre olvidó su nombre y me da mucho gusto verlo feliz. Yo también lo soy, pero estando sola.

— Vamos, yo te llevo a tu casa, le dije a Pat que yo te llevaba así que no lo esperes. — Suelto una carcajada. Adriano y Patrick se llevan bastante bien. Papá, aunque lo siga negando confía mucho en él o de lo contrario no me dejaría estar cerca de él.

Aprovechó tenerlo en mi casa para que me ayude con mi tarea de química — que no es mi fuerte —, al menos Adriano sabe un poco más que yo. Mejore mis calificaciones en todas mis materias excepto en química. En el colegio anterior reprobaba materias porque no hacia nada, no me importaba.

— ¿Y mamá? — Frunzo el ceño cuando veo a papá llegar sin ella.

— Tenía una reunión en VASYF y yo tengo una reunión con uno de mis clientes después de comer.

Mis papás siempre vienen a comer excepto cuando tienen algo importante que hacer, pero siempre juntos y es extraño comer solo con papá. Para mamá es importante tener aunque sea la hora de comida asegurada por la tarde, pues en la cena es completamente seguro que estemos todos juntos, excepto Andrei, pero pues no es como que pueda venir todos los días desde Boston a Nueva York solo para cenar con nosotros.

— ¿Vas a salir? — Me pregunta papá y yo miro a Adriano.

— Si, la voy a llevar a mi casa y se va a quedar a dormir. — Lo fulmina con la mirada y Aidan suelta una carcajada.

— No deberías decir eso cuando papá tiene un cuchillo en la mano. — Ambos nos reímos.

— No vamos a salir. — Asiente más conforme.

Cuando comen con nosotros solo reciben llamadas urgentes y tienen un horario de trabajo en el que antes o después no responden llamadas a menos que sean muy urgentes, así que cuando su celular suena todos fruncimos el ceño. Incluso Adriano que sabe perfectamente eso.

— Ivanova. — Entonces no es mamá o alguna de sus asistentes o no respondería así. — Si, es mi esposa. — Todos dejamos de comer y a mí se me detiene el corazón. — ¿Qué? — Veo como palidece.

AITANA. (Imperio #2)Where stories live. Discover now