AITANA. (Imperio #2)

IMPERIO 57.

Paso un año dos meses desde que acepté mi anillo de compromiso en ese enorme inflable en casa de mis papás. Por cuestiones de nuestros trabajos los preparativos fueron bastante lentos. De verdad no quería que pareciera que mi boda no importaba, pero las ceremonias de premiación, las entrevistas a distintos medios de comunicación hicieron que esto fuera mucho más lento.

Me sentía mal cada vez que debíamos posponer algún preparativo por algo que tuviera que ver con mi trabajo, Adriano jamás me reprocho nada, al contrario, estuvo conmigo en cada entrevista, premiación, siempre iba de mi mano y jamás voy a poder explicar lo importante que eso fue y sigue siendo para mí. Me decía que era su turno de hacer lo que yo muchas veces hice: apoyarlo.

Haber ganado tres premios fue increíble para mí, lo mejor que me pudo pasar profesionalmente hablando; pero no hubieran significado nada sino tenia a mi familia y al amor de mi vida a mi lado en esos momentos tan importantes. No puedo reemplazar el amor de mi familia por ningún premio.

Logan diseño mi vestido de novia. Siempre quise una boda de princesa y Adriano me la dio. Aunque la organización fue algo lenta la disfrutamos de principio a fin, nos dimos nuestro tiempo para estar seguros del más mínimo detalle y por supuesto que mi bebé nos ayudó con algunas cosas, sobre todo con el pastel y bocadillos dulces.

Mi bebito ya tiene un año tres meses y prácticamente ya quiere correr por toda la casa. Quisiera que dejaran de crecer tan rápido. Disfrutamos desde la primera sonrisa hasta la primera vez que nos dijo mamá y papá hace poco.

Mi primer año de residencias estaba embarazada de Ian. Comencé mi segundo año comprometida con el amor de mi vida: Adriano Kellerman, además de haber ganado tres importantes premios en ese año e iniciare el tercero siendo su esposa.

Veintiséis de mayo. Hoy es el día de mi boda. Nuestro aniversario como novios es el veintiséis de diciembre, pero obvio no nos íbamos a casar ese día y como yo quería hacerlo en Miami. Mayo fue la mejor opción, pero conservamos el día.

Después de que se inaugurará la sede de la constructora en Marsella, Francia. Adriano compró una hermosa casa en Miami pues nos gusta venir algo seguido siempre que podemos. Digamos que esta casa fue mi regalo por los premios. No necesitaba nada, con tener a Adriano a mi lado era más que suficiente, pero cuando viajamos antes de cerrar el trato me enamoré de ella y supe que era el lugar perfecto para nuestra boda. Para oficialmente ser su esposa.

Estoy a menos de media hora de casarme. Ya tengo mi precioso vestido de novia puesto. Mamá me prestó la tiara que usó el día de su boda — igual lo hizo con Keysi —. Mi abuela Alicia me prestó unos hermosos pendientes de diamantes que tanto ella como mamá, mi tía Annia y Keysi utilizaron. Mi abuela Karina me prestó el brazalete de las mujeres de la familia DeLuca. Por supuesto también llevó algo de la familia Kellerman, la liga en mi pierna es de un suave encaje de flores con un topacio azul en el centro. Así que llevó algo que representa a la familia Ivanova, a la familia Káiser, a la familia DeLuca y a la familia Kellerman.

— Fuera. — Ordena papá cuando entra a la habitación y mamá solo suspira resignada. Todos estos años juntos creo que son más que suficientes para saber que ya no tiene caso protestar por cosas imposibles.

Mildred aún no termina de acostumbrarse al difícil carácter de mi papá y él no hace algo para ayudarla. Logan ya no se molesta, lo conoce desde hace más de veinte años y solo se ríe cuando pasa a su lado.

— ¿Estás segura? — Me mira fijamente queriendo encontrar alguna duda en mi mirada, pero no la va a encontrar.

— Papá, no comiences. — Aprieta los labios. — Ya no tienes edad como para hacer estos corajes. — Me mira ofendido.