Capítulo 10

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SIN DISCULPAS
|Leonardo Pereira|

Apenas y logré llegar a la compañía a eso del medio día cuando ya la tenía llamándome para que pasara a verla directamente a su oficina. Pasamos toda la noche juntos y también toda la mañana, solo que ella se tuvo que salir antes. Y, aún así... ¿Quería volver a verme? ¿No se cansaba de tenerme todo el tiempo con ella? ¿No sentía que necesitábamos nuestro propio espacio personal?

— ¿Ahora que pasa, Amelia? — cuestioné, pero mi atención se desvío inmediatamente a esa pequeña cosa rara parada a su lado.

— Necesito informarte sobre un asunto.

— Bien, pero... ¿Qué hace mi secretaria aquí contigo?

—Yo tampoco se, señor — me respondió ella misma.

— Verás, el quince de septiembre tengo que asistir a una conferencia en Houston — me informó — Durará aproximadamente cuatro días.

— ¿Y qué pasa con eso?

— El dieciséis es el evento de caridad impartido por nosotros y Free Style Beauty. Por lo cual yo no podré asistir.

—Bueno, pues como tú no podrás asistir me llevaré a Leticia.

— ¿Leticia? — se mofó amargamente — ¿Estas de broma, Leonardo?

— Es nuestro evento de caridad, Amelia — declaré — Debo llevar acompañante y tu no podrás asistir.

— Llevarás a Ana contigo.

Dijo señalando a Sara.

— ¿Qué?

— Si, ¿qué? — ella preguntó igual de descolocada que yo.

— En primera, su nombre es Sara — la corregí — Y en segunda, ella es mi secretaria. Además es un evento social muy elegante.

—No llevarás a nadie más que no sea ella.

— Perdón que me meta, pero el señor Pereira tiene razón...

— Él sabe que no puede contradecirme porque eso fue lo que acordamos.

Me estaba tocando la narices y muy enserio. Mi temperamento solía ser muy voluble y si seguía por ese camino, esto no iba a terminar del todo bien.

— Señorita Stone, haga el favor de retirarse a su puesto de trabajo —le pedí con la poca paciencia que me quedaba.

—No, ella se queda — intervino Amelia — Tiene que escuchar mis indicaciones.

— Sara, retírate.

— Quédate.

— ¡Sara, largo! — le grité perdiendo los cabales al notar como no seguía mi orden  — ¡Yo soy tu jefe, así que si no te largas ahorita mismo date por despedida! ¡¿Quedo claro?!

— Si, señor... — respondió temerosa. Algo que por lo general no solía hacer por más que me desquitase con ella.

Entonces me di cuenta que había sido demasiado brusco con ella, pero joder, que estaba tan enojado que eso me era irrelevante.

LA CHICA DESASTRE ©° Where stories live. Discover now