Capítulo 46

16.2K 1.6K 456
                                    

 RESPETO
|Leonardo Pereira|

Llegamos a mi departamento de madrugada y no podía pensar en otra cosa que no fuese en dormir, pero era seguro que Amelia no lo permitiría.

— Estoy cansado, nena... — murmuré cuando ella comenzó a quitarme la ropa. — ¿Podemos dejarlo para mañana?

— ¿Bromeas? — cuestionó molesta — Leo, acepté que no me tocaras cuando recién volvimos porque "supuestamente" necesitabas un poco de tiempo. Bien, ese tiempo ya pasó. ¿Y ahora qué procede? No piensas volverme a tocar nunca. ¿O qué?

— ¡Por dios que nos vamos a casar! — respondí. — Cómo no voy a volver a tocarte.

— Es por ella, ¿cierto? — me miró herida — ¿Es por aquella mujer que no quieres volver a hacer el amor conmigo?

— No se de qué hablas.— suspiré agobiado — Solo te pido esta noche, joder.

— Tal vez no lo quieras aceptar, pero esa mujer te cambio. — musitó — Ya no eres el mismo Leonardo que yo conocí y que por más cansado que estuviera, siempre le apetecía tocarme.

— Mañana, lo prometo. — respondí resignado.

— Mañana me voy de viaje con mi madre. Así que mañana no se va a poder.

— ¡Pues cuando vuelvas, carajo!

— Vete a la mierda. ¡MALDITO SEAS!— gruñó y me lanzó todos los objetos que estaban sobre mi buró — ¡Jódete, bastardo!

Después de descargar todo su coraje, agarró sus cosas y sin mirarme por última vez, salió de mi departamento azotando la puerta en el acto. No la seguí, quería estar solo. Necesitaba estar solo conmigo mismo, con mis pensamientos. Tenía que descubrir que era lo que me estaba pasando.

Recogí todo lo que ella había tirado y arrojé a la basura aquellos objetos que se habían roto o dañado.

[... ]

 

Me levanté molesto e irritado y sin siquiera mirarme al espejo como siempre acostumbraba, tomé una ducha eterna.

— ¿Cómo entraste? — suspiré irritado al salir al comedor. Él era lo último que yo quería ver hoy.

— Le saqué una copia a la copia de la copia — respondió, Esteban, que se encontraba mirando a través de la ventana.

— Era de esperarse... — Murmuré.

— Hey, ¿por qué la cara larga? — cuestionó — ¿Una mala noche?

No respondí, simplemente me fui directo a la cocina para prepararme un café. Lo necesitaba más que a nada.

— Entiendo que Amelia sea insoportable en ocasiones...

Lo miré declarando la insensatez de su comentario.

— Bueno, casi siempre — se corrigió —. Y entiendo que me robaras a mi pareja de baile por unos minutos para escapar de su atención. Pues claro, Sara sería la última mujer con la que Amelia pensaría que le pondrías el cuerno.

Grave error el subestimar a una mujer como Sara.

— Últimamente te comportas de una manera muy extraña y eso comienza a preocuparme — dijo y se sentó sobre mi sofá cruzándose de piernas.

— No digas tonterías.

— Amelia me contó que posiblemente su breve ruptura se debió a otra mujer. ¿Es así?

LA CHICA DESASTRE ©° Where stories live. Discover now