Capítulo 6

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Durante los siguientes días descubrimos varias cosas.

—¿Qué?

El reproche provino de Roy, quien estaba sentado en la mesa, habíamos terminado de comer pero Lionel y él habían peleado por una tontería.

—Compartimos tienda desde hace una semana, luchamos contra el líder de tipo agua, ya casi llegamos a Ciudad Pistón, y ¿él se queja de que deberíamos dormir en carpas separadas? No lo entiendo.

Me quede callada a su lado, no es que fuera normal, pero nos daba pereza recoger y poner dos tiendas si una era suficiente para los tres.

—Deberían calmarse —suspiré pesadamente, era raro verlos pelear lejos de hablar de pokémon, así que me pare del lugar para seguir a Lionel, se había ido a encontrar agua para los tres—, intentare persuadirlo...

No soné convencida y Roy lo supo, aún así no perdía nada con intentarlo.

Caminé un rato, Lionel se había alejado lo suficiente junto con su Charmeleon, solté un suspiro cuando lo encontré descansando en el pasto.

—Hola —saludé mientras me sentaba a su lado, no me contesto pero tampoco pareció quererse mover incomodo lo cual me alivio—. ¿Qué sucedió entre ustedes?

El silencio de Lionel fue largo pero me respondió.

—No deberías tomarnos a la ligera...

—Aja... y hasta el momento solo sé que, él que quería unirse a mí viaje eras tú.

Volteé a verlo pero sus orejas parecían tener un ligero rubor, entonces tuve una idea, me lancé contra él tirándolo al piso quedando en su pecho.

—¿Acaso esto te molesta? —pregunté riendo mientras me alzaba.

Cuando llegue a su cara estaba completamente roja mientras sus ojos se veían temblar nerviosos, me quede pasmada por unos segundos hasta sentir mi cara igual de caliente, intenté moverme rápido pero estaba tan nerviosa que resbale cayendo totalmente sobre él.

—Yo lo siento...

Antes de separarnos me rodeo con sus brazos sin dejarme levantar, nuestras caras quedaron una frente a la otra, podía sentir su agitada respiración y seguramente él la mía.

Nos contemplamos por largos segundos pero él reacciono primero dejándome libre, ambos nos volvimos a sentar para calmarnos.

—No quisiera ir sola de viaje —hablé por fin un poco más tranquila—, si tuviera que preguntarles me gustaría que su respuesta siguiera siendo la misma, es divertido ir con ustedes.

—Pero si vas con Sonia y Cathy...

—Quiero viajar contigo... con Roy... no sola, me acostumbre a su presencia, si se van...

Estaba siendo egoísta, tal vez si debíamos tomarnos un tiempo.

—Yo también quiero viajar con ambos —la voz de Roy nos asusto a ambos, se sentó junto a mí haciendo que quedara en medio de ambos—. Si me dieran a escoger, obviamente escogería a Sonia ya que sabe cocinar muy bien...

—¡Hey! —solté fingiendo estar molesta aventándolo un poco con la mano para después reírnos.

—Sin embargo no sería lo mismo, tú sabes de fotografías y durante este tiempo te has esforzado en mejorar, no solo con eso sino también como entrenadora, pero también escogería a Lionel por su pésimo sentido de orientación así como espíritu de querer ser mejor.

Lo abracé complacida por su respuesta.

—Ouuuhh yo también escogería al pequeño dragón... ¡auch! —me dio un dedazo en la frente por mis palabras.

—Yo...

Esperamos el tiempo que Lionel pensó en sus palabras.

—También me he divertido mucho junto a ustedes, aunque me sorprendió que llegaran juntos a Ciudad Pistón, también me agradan ambos... pero en las noches...

Sentí a Roy tensarse juntó a mí esperando su respuesta.

—¡Los dos son un horror! —gritó poniéndose de pie—. ¡Todas las noches se mueven como magikarp fuera del agua!

Lo primero que provino de mi boca fue una carcajada seguido de Roy quien también se paro encarándolo.

—Bienvenido al sueño pesado de la gente, Lionel necesitas más entrenamiento para no darte cuenta de esos detalles —se señalo a sí mismo—. ¡Yo peleare contigo hasta hacerte desfallecer!

Los ojos de ambos brillaron por pelear, me alegraba que se llevaran bien y que todo se resolviera de buena manera pero ambos me miraron con cara desafiante.

—¡Ah no! —grité mientras me paraba y preparaba para correr—, es MI tienda, si quieren dormir a gusto duerman fuera.

Antes de que siguiera corriera me tomaron por los brazos jalándome a ellos y abrazándome, los tres estábamos riendo alegremente.

Al siguiente día estábamos en Ciudad Pistón derrotando al líder del gimnasio Naboru, todos mis amigos superaron las pruebas de los primeros gimnasios.

—¡Una sesión de fotos! —gritamos todos los participantes.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now