Capítulo 47

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Todos iban a ir a cenar a un restaurante que aparto el presidente Rose para ellos, tenían que mantener las formalidades entre todos así que mi presencia con ellos no era necesaria.

Estaba acostada en mi cama esperando a despedirme de Lionel, faltaban al menos dos horas antes de que se fueran.

Me estaba quedando dormida cuando la puerta de la habitación sonó.

—¿Por qué sigues así vestida?

El grito de Cathy me quito el sueño cuando apenas abrí la puerta.

Miré atrás de ella, Nerio saludo sin ganas.

—Intentaba dormir...

—¿Por qué? —preguntó aún indignada pasando a mi habitación.

—Porque puedo y porque tengo sueño... —miré a ambos que parecían ofendidos ante mi respuesta—. ¿Necesitan algo de mí en su gran noche de líderes de gimnasio?

—A ti.

Contestó con simpleza Nerio.

Salí al pasillo, estaba solo, regresé la mirada a ellos confundida.

—No, de verdad, ¿qué necesitan?

—¿Qué acaso no recibiste la invitación? —la pregunta de Cathy fue respondida con cabezazos míos en negación.

—Iré a ver en recepción que demonios sucedió —Nerio camino a la salida—, prepárala adecuadamente, pasaré por ustedes cuando terminen.

Con estas palabras Cathy me llevo a su cuarto y comenzó dándome un baño, me colocó un vestido azul marino con un cruzado en la parte de enfrente.

Quedaba muy pegado a mi cuerpo pero la falda era amplia y cómoda.

El cabello suelto con un adorno de flores plateadas y el maquillaje combinaba con todo.

—Quedaste hermosa.

La sonrisa de la líder parecía satisfecha por su hora de trabajo.

—¿Por qué debo asistir? —pregunté mientras me colocaba los zapatos, recé para no caerme con ellos.

—Te volviste una socia importante, ¿no? —preguntó interesada.

—Sí, pero no me dieron ninguna invitación, de hecho, solo esperaba ver a Lionel e irme a dormir.

No mentí, no deseaba hacer nada más en mi noche.

—Bueno, Nerio y yo confirmamos nuestra invitación así que cuando vimos la lista vimos tu nombre en ella dijeron que recibiste la información pero no fue confirmada.

—¿No suena extraño? —pregunté curiosa imaginándome una posible solución del porqué no recibí nada.

—Sí —sonrió malvadamente, sus elegantes ojos brillaron con picardía—, aunque es más interesante saber cómo terminara la noche en tu llegada.

Nerio nos encontró en el elevador con todas las entradas, la hora de llegada había pasado hace unos veinte minutos por lo menos.

Cathy desapareció del elevador en cuanto pudo, la gente llenaba el lugar y los reporteros no eran menos.

—Puedes replantearte esta entrada nada épica.

Sostuve el brazo de Nerio con fuerza, su traje blanco parecía hacerlo ver elegante pero en realidad era un demonio vestido de santo mientras me estaba escoltando a mi muerte.

—Épico, será ver tu cara frente a todos mientras vemos a Lionel y Roy intentando correr a ti en desesperación.

La diversión se notaba en su voz, le gustaba ver emoción en lugares que no había en realidad.

La Corona Olvidada Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin