Capítulo 45

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Víctor y Paul estaban sentados a mi lado apoyando a Gloria.

Ninguno de los había pasado por la prueba aún, así que investigarian la técnica de Roy.

—Gloria se hizo más fuerte —comentó Víctor viendo a su hermana que luchaba junto a sus pokémon.

—Sientes que nos está dejando atrás, ¿no es cierto?

La voz de Paul parecía un poco frustrada, Víctor asintió ante sus palabras.

Seguimos mirando el combate, los ojos de Roy eran tan feroces como cuando peleó contra el mismo líder de gimnasio.

—¡Tu puedes Roy! —grité emocionada por el momento.

—¿No se supone que apoyarías a Gloria? —preguntó Paul sorprendido.

—¡Vamos Hermana!

Víctor grito emocionado a su hermana.

—Claro que apoyo a Gloria y se que ganará, me dio el privilegio de ver una mirada que solo he visto una vez a Roy.

Paul no me respondió cuando vimos que Gloria se llevó la victoria con un hiperrayo.

Los dos jóvenes saltaron de su asiento emocionados.

Roy volteó al público anunciando a la ganadora, era la primera en superar su prueba y salir victoriosa.

—No pienso quedarme atrás de ella —sentenció Paul aún más emocionado por su combate.

—Le demostraré a mi hermana de lo que soy capaz —aunque los ojos de Víctor fueran tranquilos se notaba algo en ellos que ganaría.

Era tonto preocuparme por ellos, aunque Roy fuera el mejor de todos, ellos pasarían sin problemas.

Acompañe a los chicos con Gloria estaba llegando junto a Roy pero me quedé parada.

Paul corrió a ella abrazándola emocionado, la joven se torno de rojo puro.

Me quedé sorprendida ante la evidente escena, necesitaba saber más sobre lo que sucedia entre ellos.

—¿Qué ves?

Roy se puso a un lado un poco desepcionado por el resultado de la batalla.

—Apenas llegaron unos diez participantes y es la primera en vencerme...

—Bueno si pudo superarte, Lionel la va a tener difícil.

Comenté centrándome en él, una ceja alzada me dijo que parecía ofendido.

—Amigo mío —comenté sonriente—, te rompieron la cara.

En respuesta me dio un dedazo en la frente molesto, pero sonrió divertido.

—No dejaré que nadie más pase.

Sus ojos ardieron cuando encontró años dos jóvenes que aún faltan por retar.

—Los tres recomendados de Lionel llegaron lejos, una ganó pero se de buena fuente, que el muchacho de ahí entreno bajo tu tutela por al menos una semana.

—¡Uy! Que stalker —me separe de él un paso fingiendo estar preocupada pero sonreí—, sí lo sabes, entonces ya te digo yo que no te lo van a poner fácil.

—Ni siquiera el hermano menor de Lionel.

Estas palabras las tomaba como un reto, eso era lo genial de ser Líder de gimnasio, mirar que tan lejos llegan los muchachos. 

—Cambiaste el sistema...

Contemplé la sala de estar más moderna, ahora no estaba llena de jóvenes esperando por su turno mientras pasaba uno tras otro.

—Nunca pude igualar su ritmo bestial y ciertamente tampoco me agradaba.

Admitió Roy, sabía que hablaba del antiguo líder.

—Si pasan la prueba tienen derecho de estar aquí sentados esperando.

Sonó tan nostálgico que pude sentir el recuerdo.

—De todas maneras, no todos lo harán.

—Lo sé, no por nada eres el líder más fuerte de Galar y no por nada eres el único rival de Lionel.

Su amplia sonrisa fue en agradecimiento de mis palabras, el siguiente retador era Víctor.

Volvimos a las gradas viendo como Roy y Víctor entraban para pelear, ambos dieron un gran espectáculo para la gente.

Ni Víctor ni Paul necesitaron de pokémon tipo hada para vencerlos, ahora sus ataques eran consistentes y seguros.

El resto de retadores se presentó durante dos días.

Al parecer habían finalizado unos seis competidores.

—¡Nos vemos en Ciudad Puntera!

Roy nos despidió a Lionel y mí en el tren.

Lionel estaba sentando frente a mi leyendo un libro de información Pokémon, seguía sorprendiéndome su habilidad para intentar pasar desapercibido, su cabello amarrado en una larga coleta y con una gorra que cubría la mayoría de su rostro.

No llevaba ningún libro a diferencia de él así que saque mi teléfono y revisé las noticias, la liga casi culminaba y habían colocado los nombres de los aspirantes.

Los tres primeros eran los recomendados de Lionel, aunque su hermano iba en tercer puesto luchaba por entrar entre los gemelos.

—Pareces divertida.

La voz relajada de Lionel me hizo alzar la mirada, me contemplaba  curioso y expectante para que le contará.

—Tus recomendados llegaron casi a ti —aplaudí dos veces—, debes estar orgulloso de tus niños.

Me dio una larga mirada contemplativa antes de acomodarse en el respaldo de su asiento.
Ahora era yo la expectante.

—Roy me contó... —sonrió juguetón—, que entrenaste personalmente a uno de ellos.

—¡Que delito he cometido! —fingí preocupación—, espero que el campeón sepa que el mérito es solo del chico y no mío.

Una risa divertida apareció en sus labios.

—Lo sé, en realidad pensé que los tres harían un viaje en equipo como nosotros.

El silencio se propagó por unos segundos antes de que preguntará:

—¿Estas desepcionado de que no fuera así?

Era simple curiosidad.

Negó con la cabeza.

—Ellos eligieron su camino y se volvieron fuertes, bastante mérito tiene que llegarán hasta donde están.

Sonreí por su linda respuesta, Lionel peleaba para sacar lo mejor de cada entrenador.

—¡Me gustaría retarte! —me quejé amargamente agitando mis pies.

Lionel entrelazo nuestros pies para jugar entre los dos.

—Si no mal recuerdo te quejaste que no querías pelear contra nosotros.

—Lo sé, lo sé... Pero verte perder por mi es lo que más quiero, solo llegamos a empate, además Naboru hizo de mi entrenamiento un infierno.

Me recosté en la mesa estirando mis manos con resignación, él las tomó con suavidad.

—Del uno al diez, ¿cuánto deseas enfrentarme? —su pregunta me pareció que fue bastante seria.

—Cien.

Repondí sería mirando sus hermosos ojos dorados que parecían brillar.

—Terminando el Torneo —su voz sería sonaba esperanzada—, tengamos un combate.

—¡Es una promesa! —contesté igual de animada que él tomando más fuerte sus manos.

—Es una promesa.

La Corona Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora