Capítulo 42

314 32 0
                                    

Estaba varada en la nieve a causa de una gran ventisca.

—Quien me manda a ir a Pueblo Crampón sola...

No recordaba que el camino fuera tan largo.

—¡Oye tú! Quítate del camino.

¿Desde cuándo las personas eran tan mal educadas?

Me giré viendo a los jóvenes de cabello rosa.

—¡Yo los conozco! ¡Son el Team Yell!

—¡Claro que nos deberías conocer! ¡ROXY GANARÁ!

Tan escandalosos como siempre pero me relaje al verlos.

—¿A dónde van? —pregunté sin mucho problema.

—Esperen... Eres la chica que nos dio dinero para los estandartes de Roxy.

Asentí sin muchas ganas.

—Te llevaremos a pueblo Crampón si nos prometes darnos más dinero.

Sus palabras sonaron hasta ofensivas.

—¿Exactamente como piensas hacerlo? —pregunté retándolo.

Estaba pensando en irme volando con Raven pero moriría primero por hipotermia por el frio.

—Mira y aprende.

Sacaron una balsa escondida de las rocas.

Me acerque a lo que parecía el líder tomando su hombro y enseñe mi Rotom sonriendo divertida.

Estaba arriba de la lancha mojada por las gotas de agua, no mentían cuando dijeron que eran eficientes.

Llegamos en tiempo récord al otro lado.

Era como pagar por un viaje, pero cobraron demasiado caro .

—Esperen...

Les dije mientras corría atrás de ellos, en cuando bajaron me dejaron varada.

—¡Piérdanla! —gritó el líder.

Malditos niños...

Saqué a Arcanine, de un saltó monte sobre él.

—¡No dejes que lleguen! —grité molesta a lo que mi pokémon respondió dando un rugido.

Corrimos más rápido que todos ellos juntos, entrando a la puerta de pueblo Crampón.

Dentro del pueblo parecía más trincheras.

—¡Deténganla!

La orden que dio se expandió por todo el lugar en segundos.

Estaba rodeada de entrenadores listos para atacar.

—¿Se puede saber que están haciendo?

La voz cansada de un hombre resonó al fondo.

—¡Oh! Ya veo que están haciendo.

Nerio apareció detrás de todos los mocosos, una ceja extrañada en su cara fue más que suficiente para saber que me reconocía.

—Hola...

—No sabes ser discreta, ¿verdad?

Estaba a lomos de Arcanine, seguramente imponía.

—Por lo general no tengo una persecución por adolescentes —me quejé mientras bajaba de Arcanine y lo guardaba.

Corrí hacia él abrazándolo, suspiró pesadamente porque sabía que no estaba bien, tomó mi cabeza con pequeñas palmadas.

La Corona Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora