Capítulo 22

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Nerio ganó contra Percy, la combinación de ataques e indicaciones de él fue lo que lo llevaron a la victoria.

Ambos estábamos de frente, sus ojos se veían serios pero en segundos parecían chispeantes.

—No usaré ningún Dinamax, y aun así te ganaré.

Una voz tan seria que solo logro que me pusiera igual de seria y emocionada.

—Déjame pelear contigo sin usar el Dinamax, no soy la chica de la ruta uno a la cual derrotaste, Nerio.

Una sonrisa triunfal paso por su cara.

—Veamos que tan lejos crees que puedes llegar.

Lucario y Sylveon serían mi mejor mano, mostraría mi equipo pero no tenia elección, si quería ganar el torneo, tenía que dar lo mejor de mí.

El combate comenzó, Lucario hizo un gran trabajo, demostró su gran velocidad, aquella que adquirió entrenando todos los días con Arcanine.

Nerio tenía una agudeza para prever los ataques, aun así dio varios golpes a Lucario, me estaba obligado a sacar mi siguiente pokémon.

Venció a Scrafty pero no me espere que tuviera un Malamar, quien podría vencerlo sería Sylveon, así que hice cambio de equipo.

Fuerza lunar y beso drenaje fueron necesarios para la pelea, aunque no tenía buena velocidad su Malamar, su defensa era buena, aun así ganamos, sus último pokémon fue Obstagoon.

A lo lejos vi su cara de frustración, era obvio que ante mis pokémon no tendría oportunidad, volví a cambiar a Lucario, tal vez conocía sus movimientos pero tenía ventaja sobre él.

Aún así no se rindió, su Obstagoon atacó varias veces, una de esas lo alcanzó lanzando a Lucario al aire.

—¡Esfera aural! —grité mientras el aun estaba en el aire.

Obstagoon había saltado para intentar asestar otro golpe pero Lucario lo tomó por sorpresa y terminó el combate con un gran golpe directo.

Nerio corrió hasta su Obstagoon para ayudarlo y yo abracé a Lucario por su gran trabajo.

La euforia de la coreaba el nombre de ambos, era una sensación emocionante.

—Es cierto, ya no eres la chica de la ruta uno —dijo Nerio mientras se acercaba a mí y estrechaba mi mano—. Con o sin dinamax, te convertiste en una gran entrenadora.

—Fuiste un gran rival —le sonreí agradecida—. Me divertí mucho.

Era hora del último encuentro de semifinales, quería verlo, porque Lionel y Roy se enfrentarían, los había visto entrenar juntos pero nunca en una batalla real.

Me quedé dando vueltas en la puerta de salida.

—¿Sucede algo?

Uno de los encargados me miró, no iba a dudar ahora.

—¿Podría ir a las gradas?

Fui lo más seria que pude, no quería perderme el mejor combate.

—Los participantes no pueden ir a menos que pierdan el combate.

Me mordí el labio frustrada.

—Si nadie la reconoce ¿puede ir no? —Nerio salió de los vestidores cambiado—. Le apuesto lo que quiera a que este será un gran combate, perdérselo sería un insulto como entrenador.

Era bueno con las palabras, volví a mirar al encargado.

—Volveré en cuanto termine.

Nerio me dio su chamarra negra larga y sacó un gorro, dijo que lo compró pero nunca lo uso, oculto mi cabello.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now