Capítulo 35

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La situación en la que me encontraba no era divertida, estaba siendo rodeada de entrenadores con sus pokémon.

—¿Puedo saber que hacen? —fue lo único que se me ocurrió decir, no estaba aterrada pero si sorprendida.

Todos me miraron sin titubear, los entrenadores de la ruta no me daría tiempo para llamar a nadie y menos a que me ayudaran.

—Tenemos órdenes de llevarte con nosotros.

Fue la única explicación que obtuve, ahora todo tenía sentido, así que pase al plan más efectivo.

—Pero solo soy una turista —mentí mientras bajaba mi mano a mi primera pokebola—, no recuerdo haber hecho nada malo.

—¿Qué hacen estorbando?

El ruido provino de varios chicos atrás de la gente, portaban el cabello pintado de rosa y con vestuarios extraños.

—¡Ayuda! —Grité sin pensarlo exagerando mi actuación de asustada.

La banda quedó estática pero sacó a sus pokémon en respuesta.

—Los únicos que intimidamos, es el Team Yell.

Desconocía quienes eran pero sonreí ante la distracción que crearon sacando a tres de mi pokémon, Altaria, Arcanine y Raven.

Sonreí sin miedo a los entrenadores.

—Si gana el Team Yell, les daré algo bueno en compensación.

—Trato.

La contestación de uno de ellos fue más que suficiente para que todos sus seguidores atacaran con sus Pokémon.

El combate comenzó, Raven y Arcanine destrozaron a todo lo que tenían, Altaria volaba y vencía a todo aquel que intentará golpear por la espalda a alguien del Team Yell.

En un par de minutos todos los entrenadores estaban fuera, guarde a mis pokémon y antes de darme cuenta uno de ellos me tomó por el brazo mientras corríamos el último tramo a Ciudad Pistón.

Terminamos jadeando por el cansancio.

—Nos debes una —se quejó uno del Team Yell tomando aire.

—Por supuesto —me reí ante la loca situación—, pero primero que les parece que les invite algo para agradecer.

Todos accedieron sin siquiera dudar, los lleve a comprar comida y compre algo para mí.

Estábamos sentados en el local cuando entraron gritando el nombre de la banda.

—¡Roxy!

Todos dejaron su comida para animarla cuando entró por completo.

—Y tú...

Saludé alzando una mano despreocupada, la joven se sentó frete a mí.

—Lamento los problemas causados por el Team Yell —se disculpo al sentarse, su voz suave se notaba arrepentida.

—En realidad soy yo quien debe darle las gracias —contesté animada inclinándome interesada hacia ella—, de no ser por ellos hubiera estado en grandes problemas.

Pareció extrañada pero sonrió para ellos, fue ligero y rápido.

—Les debo un favor, así que si llegan a un acuerdo, soy toda oídos.

—¿Qué puedes ofrecernos? —preguntó uno de ellos sin dudas.

Me quedé pensando que podría querer una banda de chicos.

—¿Algo que necesiten?

—Ayuda a imprimir más póster de Roxy, queremos apoyarla.

Contuve la risa ante algo tan lindo y sencillo pero accedí, no era mucho y en realidad no parecían malos chicos.

—No debías por qué —repitió Roxy al ver al Team Yell corriendo para hacer más propaganda.

—Roxy, tal vez no lo sepas pero ellos se ven que cuidan de ti, así como seguramente lo hace tu hermano.

Ante mis palabras pareció sorprenderse.

—¿Sabes quién es mi hermano? —preguntó con evidente sorpresa.

—Hace mucho tiempo lo que lo conozco, es serio pero tiene los suyo, si nos encontramos en el futuro, tal vez te cuente más, para eso tienes que llegar a Pueblo Crampón.

Le sonreí divertida mientras me iba caminando.

La situación empezó a ser seria, me adentre al estadio en busca de Naboru.

Le conté todo lo ocurrido, su mala cara era evidente, las cosas se estaban saliendo de control.

—No hay muchas soluciones posibles, quiere que te alejes de Lionel o retenerte para manejarlo.

Bebí del té que me ofreció, los dos nos quedamos en silencio, confiaba en mi maestro.

—Hagamos que cometa un error —dije pensando—, no puede manipular todo, y en realidad... nosotros también podemos jugar su juego.

—¿Que planeas hacer? —preguntó serio.

—Tengo un ayudante, durante su viaje me ha dado información sobre algunos posibles Pokémon que vio en el Área Silvestre, regresaré con un anuncio.

—Llamaras la atención de todos —sentenció aun sin darle gusto.

—Sabes que no volveré como casi campeona —pensé en mis palabras por fin lo mire a los ojos decidida—. Anunciare mi regreso como la reconocida fotógrafa de regiones.

—¿Iras a Ciudad Artejo? —meditó mis palabras.

—Ciudad Puntera no es una opción, se perdería la intención, sin embargo si Roy me ayuda llamaremos lo suficiente la atención para que todos volteen a vernos.

—Estas creando un escudo para que no pueda tocarte.

—Sin que Lionel entre en la ecuación y se vea afectado.

Lo pensó largamente, pero terminó accediendo.

—Hablemos después de los combates, serán en una semana, en lo que los participantes llegan —su espalda se puso muy recta—, entrenaremos con todo tu equipo para cualquier situación.

Sus palabras eran ciertas, de no haber tenido ayuda en la última ruta, ni siquiera pudiera estar hablando con él, accedí ante sus palabras.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now