Capítulo 60

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Lionel me dio la oportunidad de ingresar al registro de los dos nuevos campeones.

—Este lugar sigue igual.

Fueron mis palabras cuando entré tomada de la mano de Lionel, mis piernas estaban temblando a causa de la emoción.

—Entonces la maestra es la antigua Campeona... —murmuró Gloria sorprendida ante la verdad.

No pude evitar reírme por su despiste.

—Por eso te quiero hermanita.

Víctor acaricio la cabeza de su hermana en forma de consolación.

—¿Tú lo sabías? —preguntó aún más emocionada.

—Desde el principio —confirmé sin pena.

—¡Es increíble!

Lionel también rió ante sus palabras y asombro.

—Adelante chicos, registren a su equipo.

Las pantallas brillaron con ambos equipos pokémon.

Me quedé viendo mi nombre en la pared, un beso en la sien me hizo voltear dejando ver la calidez en los ojos de Lionel.

Sería la última vez que entraría a ver este lugar en mi vida.

—Cuiden de este lugar.

Mis palabras salieron en añoranza a los recuerdos.

—¡Por supuesto!

Los dos jóvenes constataron emocionados a mi petición, sus ojos demostraron seguridad, por fin pude sentirme aliviada, los abrace tiernamente, aunque ellos no entendieran por qué, me regresaron el abrazo.

Por fin existían dos campeones y estaba muy feliz de poder haberlos conocido y verlos crecer en su viaje, mis lágrimas cayeron silenciosas pero me reí avergonzada.

Contemplé una última vez la pared con mi nombre y mi equipo, Lionel secó mis lagrimas y también miró su nombre por última vez dejando ver en sus ojos algo como nostalgia pero en segundos se llenaron de alegria, sostuve con más fuerza su mano y con una sonrisa en sus labios nos retiramos en silenció de aquel hermoso lugar.

Dos semanas trascurrieron desde que la coronación de dos campeones se realizó.

—Estas llena de papeles, presidenta.

Mi malhumor estaba a flote por la falta de sueño en los últimos días.

—Roy... ¿Puedes guardar silencio o en su defecto ayudarme? No necesito que vengas a molestar.

La risa del joven se escucho por la oficina.

—¿Estás molesta porque tu boda se retraso? —su pregunta casual me hizo levantar la vista hacia él.

Su sonrisa relajada me hizo alzar una ceja un poco curiosa.

—Sabes que no necesito una boda, ¿verdad? Sabes que es pura formalidad.

Alcé mi mano izquierda mostrando un anillo de oro con grabados de flores de plata colocado en mi dedo anular.

Roy silbo impresionado por el bonito anillo.

—Ya decía yo que Lionel también tenía un bello anillo —tomó mi mano admirando el objeto—, por cierto necesito que vengas conmigo.

Quería que sus palabras fueran verdad pero me quedé quieta en mi lugar, aún había mucho papeleo que hacer.

—No puedo...

Le quité mi mano regresando a los papeles.

—Ah... Sabía que esto iba a pasar...

La Corona Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora