Capítulo 51

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La espera fue larga, así que terminamos cantando canciones, la mejor puntuación se la llevaba Nerio aunque Roxy no se quedaba atrás.

Pude ver la mirada de Víctor perdida en la joven que disfrutaba de ella y cuando Nerio se dio cuenta lo pise para que no hiciera nada estúpido.

—¡Es mi hermana! —susurró fulminándome con su mirada seria.

Tomé sus mejillas y me acerque a él amenazante.

—¡Déjala respirar! —me quejé igual susurrando—, son niños.

Con un manotazo se quito de mi agarre y se cruzo de brazos.

—Sí y si no mal recuerdo tu tenias novio a esa edad.

Abrí la boca indignada, pero puse un puchero para hacerlo sentir mal, lo cual estaba funcionando hasta que nos interrumpieron.

—Estaba pensando en que si tardaban más iríamos por ustedes.

Nerio se quejo cuando vio a Lionel llegar con los chicos.

—Lamento los problemas, Paul me contó todo.

Gloria y Paul estaban exhaustos por seguir peleando en la Torre, me arrepentí de no seguirlos cuando dijeron que incluso lucharon contra Olivia.

Los chicos se fueron a dormir después de cenar, incluso Nerio se retiro cansado, solo quedamos Lionel y yo en la mesa.

—¿Iras al hotel? —preguntó Lionel mientras me ayudaba a ponerme su chamarra, se había cambiado por algo más cómodo.

—¿Quieres ir a otro lugar? —pregunté curiosa, su mirada parecía perdida e incluso en la cena parecía lejano.

Tomé su mano antes que dijera nada y salimos del local, caminamos en silencio tomados de la mano, la gente en realidad no nos puso atención y seguimos caminando al puente donde me prometió esperarme.

Me paré frente a él y sostuve su cara entre mis manos, parecía perdido.

—¿Qué sucede? —pregunté porque realmente estaba preocupada por él—, parecías desorientado durante toda la cena.

Me rodeo con sus brazos para abrazarme suavemente, nos quedamos en silencio unos segundos antes de que hablara.

—Siempre sabes cuando algo anda mal...

Sus palabras parecían agradecidas pero se escuchaba triste.

—No estoy seguro de que pase mañana.

—¿Te preocupan los chicos? —pregunté pensando en la situación de la tarde—, o ¿hay algo más que te incomode?

Su silencio me hizo saber todo, el presidente Rose seguramente le había dicho algo.

—Mañana... el presidente quiere cancelar el torneo...

—¿Qué? ¿Por qué? —sus palabras me sorprendieron bastante—, no tiene sentido cancelar algo tan grande.

Lionel me abrazo más fuerte, quería ayudarlo, al menos aligerar un poco su carga.

—No podemos darnos el lujo de pensar que nada pasara pero puedo asegurarte que tienes el apoyo de todos nosotros por si sucede algo, me tienes a mí para luchar a tu lado incluso si es necesario, Lionel.

Besé suavemente su sien logrando que volteara, sus ojos dorados se veían esperanzados, sonreí para él.

—No estás solo, déjame llevar un poco de tu carga si eso logra aliviar al menos un poco tu corazón.

Una sonrisa amable se posó en los labios de Lionel, le devolví la sonrisa divertida, sin decirme nada sus labios tomaron los míos con suavidad.

—Cásate conmigo —susurró colocando su frente con la mía.

—En esta y mil vidas más —besé sus labios tiernamente.

En un movimiento ágil me cargo en sus brazos, comencé a reírme nerviosa y él parecía feliz con tan solo verme, un flash sonó a lo lejos sacándonos del trance.

El Rotom de Lionel había sacado una hermosa foto de ambos, Lionel me colocó en el piso con cuidado sin soltarme.

—En realidad mi pregunta en el restaurante era para saber si querías... —su cara cambio a rojo pero sus ojos se veían esperanzados—, ir a mi apartamento.

Sabía que Lionel tenía un apartamento porque literalmente vivía en la ciudad y solo en año nuevo iba a Pueblo Yarda.

—¡Oh! —dije avergonzada mientras entendía sus palabras, Lionel entendió mi gesto como algo positivo y rió aliviado.

Sin decir nada más tomamos el camino más tranquilo hacia su departamento.

La Corona Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora