Capítulo 18

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—Ven conmigo.

Seguí al líder por el gran castillo que se encontraba el gimnasio.

—¿No se supone que los turistas no pueden ingresar? —pregunté mientras subía las escaleras en forma de caracol tras él.

—Vienes conmigo —contestó con simpleza—, solo relájate y disfruta.

No hice ningún comentario al respecto, solo le seguí por el pasillo largo y frío.

Hasta que abrió una puerta de metal, dejándome pasar primero.

Nos encontrábamos en una torre del castillo, la vista hacia la ciudad era increíble.

A pesar del frío de la mañana era relajante, era como si despejará mi ser, podía contemplar la entrada de la ciudad.

—Siempre vengo aquí un día antes de que los participantes se enfrenten conmigo, puedo sentir porque me convertí en el líder de Ciudad Artejo.

El viento se llevó sus palabras, mi cabello se agitaba ante las pequeñas ráfagas de viento.

—Aún con todo, espero que Roy se alcé como campeón.

—No pensé que tuvieran favoritos los líderes —confesé mirándolo extrañada.

—Por lo general no, simplemente nos fijamos si tienen cualidades, al final del día, nuestro labor es hacer que solo clasifiquen los que se volvieron fuertes, ustedes son los únicos que demuestran que tan lejos desean llegar.

Nunca lo había visto así, el sueño de muchos, la gloria para otros, una unión entre los pokémon y su entrenador.

—Espero superar tus expectativas —sonreí mientras veía la entrada de la ciudad.

—Eso ya lo veremos mañana.

Me recargue en la fría piedra del castillo, mirando a la gente pude reconocer dos cabezas.

—Lionel...

El joven iba caminando con tranquilidad por la ciudad junto a una cabellera naranja, a pesar de que iba con Sonia me sentí muy feliz, vi como se alejaban al centro pokémon.

—Gracias por dejarme quedar en tu casa por una noche —dije mientras le sonreía para despedirme.

—Un placer, aunque puede que no vuelvas a entrar aquí, fue un divertido hablar contigo.

Le sonreí más ampliamente mientras corría y agradecía.

Llegue al centro pokémon con el aire entrecortado.

Entonces los dos chicos salieron del centro.

Sin darles tiempo los abrace a ambos.

—¡Los extrañe tanto! —realmente estaba emocionada por verlos.

Me aleje un poco avergonzada por mí actuar.

—También te extrañe mucho —Lionel me abrazo nuevamente, sin darse cuenta me levanto del piso, fue bastante divertido.

—De saber que estabas aquí en la ciudad, nos hubieras ahorrado una perdida a causa de Lionel —comentó Sonia mientras me abrazaba tiernamente.

—¿Hace cuanto llegaste? —preguntó Lionel observándome, a comparación de ellos estaba fresca.

—Dos días —contesté esperando que no me preguntaran de donde me hospede.

—¡Hey! —una voz llamo nuestra atención—. No esperaba verlos aquí.

Roy apareció por la calle caminando tan tranquilamente, pero se notaba cansado por el largo viaje.

—¡Roy!

Lionel y yo salimos corriendo a abrazarlo, nuestra relación se había convertido en un fuerte vínculo, nuestra ausencia fue notable en esta semana. El chico nos recibió con los brazos abiertos, la primera en llegar fui yo para después Lionel atraparme entre ambos completando el abrazo.

—Que melosos...

La voz de mujer vino de Cathy que saludaba a Sonia despeinándola, al parecer ellas también se habían separado para entrenar a fondo.

—¡Abrazo grupal! —gritó Roy, los tres corrimos hacia ellas capturando las entre nuestros brazos.

Todos nos reíamos por el momento divertido, para la exhausta semana, se veían más relajados.

Roy recupero a sus pokémon y entre todos nos dirigimos a un hostal para hospedarnos.

Las camas de las chicas eran dobles así que me quedé con ellas.

No pudimos hablar casi nada ya que cuando sus cabezas tocaron apenas las almohadas se quedaron profundamente dormidas.

Aún así me alegraba de verlas, eran unas fantásticas chicas que se entregaban para llegar lejos, el día de mañana sería nuestro último combate para clasificarnos en el Torneo de Medallistas.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now