Capítulo 12

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Estaba sentada en las gradas viendo a Sonia pelear contra Madam Sally, Roy y yo habíamos terminado la prueba y estábamos esperando a los demás.

—No esperaba que tuvieras a Sylveon en tu equipo —comentó Roy mientras me tendía un refresco.

—Pensé que evolucionaria en Espeon, pero nop.

Tomé el refresco sin parar, estaba sedienta.

—¿Qué pasó cuando cayeron en el bosque?

Rara vez Roy usaba una voz seria, cuando lo hacía era porque la situación no era divertida.

—Nada. —no está mintiendo, pero tampoco le decía lo sucedido.

No obtuve contestación pero si una mirada severa que cualquiera podía percibir sin siquiera voltear

—Caímos, le puse ungüentos y nos encontraste, eso es todo, no hubo palabras.

Estaba contestando lo más tranquila posible pero se notaba que estaba molesta.

—Ambos han estado tensos estos últimos días, sí crees que no me he dado cuenta, estas equivocada, desde antes lo supe.

Por fin lo miré, sus ojos azules estaban fijos en mí, sentí como mi pecho se presionaba por ello.

—¿Y exactamente qué sabes? —pregunté sin ganas, aunque su mirada se endureció por segundos, no me respondió.

Vimos como Sonia logró llevarse la victoria, aplaudimos para ella, el último era Lionel.

Su herida mejoro mucho y podía moverse como antes, cuando salió supe que superó la primera parte aunque después supimos que no fue muy avispado para contestar las preguntas ya que Madam Sally se veía impresionada por su despiste.

—¿Cuál crees que falló? —preguntó Sonia mientras se sentaba a mi lado.

—La edad —contesté con seguridad mientras ella asentía dándome la razón.

El combate fue rápido, Lionel se hizo con la victoria sin pestañear.

—¿Podemos hablar?

Volteé a ver a Sonia, sus ojos verdes parecían brillar tristes, asentí sin darle muchas vueltas.

Nos dirigimos a las casas del pueblo, la mayoría se encontraba en el teatro/estadio.

Nos sentamos en una banca solitaria, sonido curioso del pueblo nos rodeó.

—Durante todo este tiempo que haz viajando con Lionel... ¿Qué tal va su relación?

Sus palabras eran dudosas, no sabía a qué quería llegar pero respondí con simpleza.

—Supongo que nos volvimos buenos amigos, no puedo decir que sea la mejor pero tampoco es mala, a ambos nos gustan los pokémon, él es fuerte y... Si tengo que hablar de nuestra relación supongo que solo es amistad.

No le di vueltas al asunto, no quería complicarme.

—Puedo entender un poco tu posición pero a mí me gusta... desde hace mucho tiempo... Lionel me gusta, supongo que porque también me llamo su forma de ser.

Lo sabía, pero no quería escucharlo, intente no mostrarme cortante con ella.

—¿Se lo vas a decir? —la curiosidad me ganó así que pregunte.

—Si llego a la final de la liga, quiero decirlo —sus ojos verdes brillaron con sus palabras.

—Entonces te animaré —finalicé con una sonrisa, no me sentía bien mentirle así, me sentía mal, por ambas.

—Pero a ti también te gusta...

—No lo sé... Solo toma ventaja de mi duda —alenté, sentí como estaba corriendo de todo, y si ella ganaba entonces yo no tendría que preocuparme de nada cuando me fuera.

—Eres bastante egoísta...

Sus palabras fueron afiladas y dolorosas, pero no la culpe.

Se alejó dejándome sola, suspire pesadamente.

No necesitaba nada de su parte, ella tenía sus propias razones.

Estaba aburrida así que saque mi cámara, caminé sin darme cuenta hasta llegar a un lugar bonito lleno de pequeños hongos luminosos, saqué fotos sin darme cuenta del tiempo.

—Deberías estar festejando con tus amigos.

La voz de la mujer me saco un susto pues no la escuche llegar.

—Madam Sally...

La señora mayor abrió los ojos con sorpresa para reír jovialmente.

—Parecías feliz mientras sacabas fotos —sonrió la mujer mirando mi cámara—, ¿eres igual de buena que en los combates?

Me reí un poco de su peculiar pregunta.

—No creo que buena en ninguna de las dos, me falta mejorar.

Madam pensó mis palabras un rato hasta que respondió:

—Una lástima, parecías feliz realizando ambas actividades.

Me quedé callada avergonzada de mis palabras.

—Eres joven pero tus palabras son tu sentencia.

La miré a los ojos, no parecían juzgar, más bien parecía comprensiva.

—Es cierto no soy buena, pero eso no significa que no pueda mejorar, si gané contra usted es porque mi equipo se esforzó durante muchos días.

Los labios arrugados de la mujer se curvearon hacia arriba.

—¿Sólo ellos? También creo que tu determinación es quien los ha llevado lejos, porque correr cuando puedes hacerlo cada vez mejor.

Cerré mis puños avergonzada de mí actuar, tomé aire mirando a la mujer.

—Debo hablar con alguien, debo darle una respuesta adecuada.

—Corre, no olvides que eres joven pero mantén esa determinación en tus pasos.

Le sonreí agradecida y corrí hacia donde estaban comiendo los chicos.

—¿Han visto a Sonia? —pregunté a los presentes quien me miraron confusos.

—Se dirigía a la casa donde nos quedamos.

—Gracias, Cathy.

La chica no dudo en contestar, antes de que me detuvieran corrí hacia la casa.

—¡Sonia!

La pelirroja volteó sorprendida al verme llegar corriendo.

—¿Sucedió algo? —preguntó sin comprender lo que pasaba.

—Tienes razón, era una egoísta, quería correr de mis propios sentimientos —la miré a la cara—, también quiero pelear, quiero tomar tus palabras como una propuesta.

Para mi sorpresa los labios de Sonia formaron una sonrisa, se llevó un dedo a su cabello comenzando a girarlo.

—No te arrepientas si pierdes.

—¡No lo haré! —grité emocionada.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now