Capítulo 31

424 41 0
                                    

**°°** Libro 2 **°°** Interludio **°°**

Ciudad Pistón era igual de grandiosa que cuando la vi por última vez, llegue por la mañana, me dirigí al estadio.

—Que alegría verte por aquí.

Me giré sonriendo alegre al escuchar la voz.

—¡Maestro Naboru! —corrí hacia el abrazándolo.

—¿Cuando llegaste? —preguntó sonriendo—, espera, se cuando llegaste, no fuiste muy sutil.

Me separé de él avergonzada.

—La culpa es de Nerio, solo quería verlos en la presentación.

—No recuerdo haberte enseñado a escapar llamando la atención de todo un estadio —una sonrisa apareció en sus labios—. El presidente estaba furioso.

—Ya... lo imagino, fueron por mí hasta pueblo Yarda.

El semblante de Naboru se ensombreció.

—Entonces no estás aquí con buenos términos —miró alrededor para verificar que nadie nos observaba.

—No tengo intención de crear caos, Lionel también se opuso a que viniera pero ya no somos niños —contesté igual de seria y precavida—, haré lo que esté en mis manos para no ser una carga para ustedes.

—Será mejor entrar, la presentación de los participantes de este año comenzará en breve, me enteré que Lionel dio recomendaciones, no esperaba eso de él.

Caminamos durante un rato hasta llegar a la parte trasera del estadio, me mezcle entre la gente para ver la presentación.

Todos los jóvenes entraron nerviosos, ahí estaban los tres chicos sonriendo y mirando a su alrededor, el sentimiento de emoción se notaba en sus ojos.

Los líderes de gimnasio entraron saludando y confiados pero faltaba uno.

Nerio no se había presentado en esta ocasión.

No sabía que podía faltar a este tipo de eventos.

La presentación termino con Lionel al centro de todos saludando con su brillante sonrisa.

Caminé hacia la salida pero un trabajador de Macrocosmos me interceptó, que forma de molestar al prójimo.

Lo seguí en silencio, caminamos para mi sorpresa hasta los camerinos, a lo lejos vi a los líderes de gimnasio que se sorprendieron al verme.

Saludé con la mano sonriendo, Cathy fue la primera en salir a recibirme.

—¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendida.

—De vacaciones —sonreí, pero poco me duró la tranquilidad pues apareció el presidente Rose al fondo.

—Un gusto volverla a ver, señorita —saludó acercándose con una sonrisa falsa.

—El placer es mío —mentira pero no me moleste en sonreír.

Fue tan notorio que Roy se tapo la boca evitando reírse.

—Me alegro que aceptara mi invitación, supongo que extrañaba ver a sus amigos.

—Tiene razón presidente, extrañaba a mis amigos —sabía que iba a intentar avergonzarme pero le daría la vuelta—, no esperaba que su amable invitación llegara hasta Pueblo Yarda, fue un combate interesante.

La sala se torno silenciosa, cautelosa.

—Se lo agradezco en realidad, hace mucho que no me divertía —sonreí lo más amplio posible sin perder la elegancia—, no recibo muchas peticiones de combates últimamente, pensé que estaba oxidada.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now