Capítulo 43

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Acompañé a los chicos a Ciudad Artejo, en realidad pensé que todos tomarían unos días para volverse más fuertes.

Roy no era un juego, así que me sorprendió que todos llegaran confiados a la ciudad.

Sonia y Lionel estaban hablando fuera del estadio.

—¡Lionel! —Paul corrió hacia él saludando.

Saludé con la mano cuando nos vieron llegar.

—¿Está todo bien? —pregunté mirando la ciudad bastante sola.

—Sí, al parecer tuvieron unos problemas en la planta eléctrica, Roy fue a ver qué sucedía.

La respuesta de Sonia sorprendió a los presentes, el joven estaba a cargo de la seguridad de la ciudad.

Me sentí un poco mareada, llevé mi mano a la cabeza.

—¿Estás bien? —Lionel se acercó a mi colocando una mano en mi hombro, sus ojos se veían preocupados.

Me sorprendió que fuera el primero en darse cuenta, siempre miraba por mi seguridad antes que la de él.

Ya tenía suficientes preocupaciones para yo ponerle más, le sonreí y agité la mano para restar importancia.

—Sí, gracias, esta semanas han sido una locura—intenté sonreír pero el mareo volvió así que pregunte—. Estaba pensando en que los pokémon estaban reaccionando extraño, dicen que una luz roja los rodeo, ¿no?

—Es como cuando están dentro de los estadios, los nodos de energía afectan a los pokémon —concordó Sonia.

—El sistema Dinamax es aún incierto —comentó una voz mayor.

—¡Abuela!

La profesora Magnolia apareció por la calle caminando hacia nosotros.

—Veo que todos están aquí.

—¿Qué haces en Ciudad Artejo? —preguntó Sonia curiosa.

—Vine porque el presidente Rose quería hablar sobre el Dinamax, pero me temo que no hay mucha información.

—¿Encontraron algo útil? —preguntó Lionel serio.

—No, por desgracia.

—Esto se está complicando —Sonia parecía estresada, ciertamente no me imaginaba estar en sus zapatos, el trabajo que le encomendó su abuela no era fácil y cada paso que daba parecía darle más problemas.

—Sonia, tú que estás en la investigación es hora de que te ceda mi lugar.

—¡Pero aún no estoy lista! —negó efusiva con la cabeza.

Sonia estaba preocupada por las palabras de su abuela sin embargo ella sonrió calmando su angustia.

—Quien mejor que tú que has buscado las respuestas que nos faltan, toma.

Aplaudimos a Sonia quien se coloco la bata de su abuela, realmente se veía como una Profesora Pokémon.

—Será mejor que ustedes entrenen —sugirió Lionel a los chicos—, si quieren ganar contra Roy ya les digo que deberían tomarse esto en serio.

Los chicos me miraron para confirmar sus palabras.

—Si realmente quieren ganar la Liga, tomen su entrenamiento a fondo, se los dije cuando inició su viaje.

Gloria me miró y se me acercó.

—¿Te sientes bien? —su rostro se veía preocupado—, estas muy pálida.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now