CAPITULO 8 - pt. 2

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Ciara

Bien dicen que nunca sabes la magnitud de las cosas hasta que la ves por ti mismo. Jamás me hubiera imaginado que los rumores de había estado escuchando desde que llegue a ciudad fueran reales.

Me hice una idea de lo que vería y no pensé que estaría tan equivocada como ahora. Monica Tepes, hasta el nombre infunde elegancia y belleza pero no tanto como la portadora.

La mujer que tengo a tan sólo pocos metros de mi parece hecha una imaginación. Dijeron que era hermosa pero sin duda abarca más que una simple palabra y tan solo hay que verla para sentirse inferior.

Su rostro perfecto y cincelado parece una obra de arte ya que posee esa perfección que también porta Antonio. Sin duda al verlos a ambos te das cuenta que son nombrados altezas por algo.

La mujer que ahora entiendo el porqué llamo la atención de Antonio, camina entre la gente con el mentón firme y levantado destacando su perfecto físico ¿Y como los hombres no iban a irse de bruces con ella?

Tiene un cuerpo quimérico con el busto firme y grande, caderas pronunciadas que destaca una cintura pequeña y definida sin mencionar sus muslos que que no hacen más que llamar la atención con ese increíble trasero hecho de esfuerzo y diria que el ejercicio la mantiene tan perfecta pero creo que es más la genética de las mujeres características de su clan.

Mi madre me dijo una vez que Fallon tepes era envidiada por su letal belleza al igual que Asteria Barcsay y que hasta Constantin Tepes era un hombre que sigue viviendo en los sueños de muchas. Ahora entiendo que su hija le hace honor a ellos portando dichas características.

Sencillamente tiene mi admiración y me lastimó un poco no haber podido presentarme como debía, pero los nervios me atacaron.

Volteo a ver a Antonio que casi no ha dicho ninguna palabra y sus ojos están fijos en una sola dirección y es en ella qué se distingue de entre todos con su vestido rojo como la sangre.

Se empina la copa correspondiéndole y él no rompe el contacto visual. Al pasar unas horas tengo que levantarme a retocar mi maquillaje y al regresar me topo con el asiento vacío de Antonio.

—¿Donde está Antonio? —le pregunto a sus amigos.

—Se fue hacia la edificación —responde Eisak ganándose una mirada de Maze.

Me voy hacia la dirección donde están las salas ya que es un aquelarre y tomo los dobladillos de mi vestido al cruzar el pasto.

Me alejo de la música tratado de guiarme por el sonido de su voz o algo que me lleve a él y después de caminar tanto, la luz de una puerta entre abierta capta mi atención pero lo tanto con los gemidos femeninos que provienen de ella.

Con el corazón en mano me acerco de puntillas para que mis tacones no suenen y me asomo por el espacio abierto de la puerta. La imagen que veo me hace soltar un suspiro pero llevo mi mano a la boca para callarme.

Es Monica en el regazo de Antonio moviéndose de arriba a abajo con los pechos perfectos descubiertos y él la toma de la cadera moviéndola mientras ella le hace el amor montandolo.

Él se lleva sus pechos a la boca y ella gime tomándolo del cabello, ambos perdidos en el placer. No puedo dejar de verlos ya que siento como el corazón se me parte en pedazos y me paralizo cuando Monica se encuentra con mis ojos.

Él púrpura intenso de estos se centra en mi acelerando mi ritmo cardiaco y ella me sonríe enterrando la cara de él en sus pechos. Sin perder el contacto visual, tira del cabello de él ladeado su cabeza y baja a su cuello lamiéndolo antes de morderlo y que él suelte un jadeo masculino.

Solo así las lágrimas caen por mi rostro y no me importa si me escuchan. Me voy limpiando mis mejillas de vuelta a la fiesta.

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En otra parte.

La bella vista del cielo es perfecta y sería un desperdicio total si yo me perdiera de tan magnifica obra de arte. Simplemente las estrellas brillando en el cielo me tienen inspirador, hasta ignoro a la humana que esta perdiendo la vida a mis pies.

Inhalo fuertemente el ahora de mi vino tinto con siglos de antigüedad y lo disfruto como si fuera la mayor de las riquezas y privilegios de este mundo.

El aroma del mar también le hace justicia a esta noche y cierro los ojos por un momento dejándome envolver en esa sensación de lejanía que me trae gratos y horribles recuerdos que he acumulado a lo largo de mi vida.

—Mi señor —interrumpen mi paz hablando a mi espalda.

—¿Que es tan importante como para interrumpir mi bella calma? —digo sobre mi hombro y solo en ese instante el corazón de la humana se detiene al igual que sus ojos se apagan.

—Traigo noticias para usted.

Levanto la mano dejando que me entreguen un sobre y pido que se lleven el cuerpo fuera de mi vista ya que su olor arruina el de mi vino.

Dejo mi copa de lado abriendo el sobre que contiene un montón de fotos y mis labios se curvan al ver a la criatura en ellas.

—Fallon.... —paso los dedos por su rostro como si pudiera acariciarlo en verdad y suelto un suspiro recordándola— no, Monica.

Trago saliva alzando más la foto y no puedo dejar de detallar cada facción que heredo de mi bella y hermosa hermana, pero también de Constantin.

—Tan hermosa como ella —digo para mi leyendo los demás papeles que mis hombres reunieron para mi— pero arruinada por el.

Dejando todo de un lado me pongo de pie sin terminar mi vino ya que se ha vuelto amargo. Salgo de mis aposentos encontrándome con Zac quien me sigue en cuanto me pongo en marcha.

—Como procedemos Sire —pregunta.

—Creo que es momento de darle una vista a mi sobrina.

DINASTÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora