CAPITULO 15 - Heredar

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Heredar

Monica

Un parpadeo, eso fue lo que parece que tardo en suceder todo cuando en el momento se sintió tan eterno como ver el día transcurrir frente a una ventana.

Me he vuelto perspicaz, un torbellino andante que siente la necesidad de desquitarse con todo lo que se le atraviese enfrente. Una mujer completamente exigente con ella misma, porque nada de lo que hace le parece suficiente hasta el momento.

Pero también se siente una completa falsedad, una mentirosa. ¿Desde cuando se le había vuelto costumbre mentir y engañar? Si lo pienso más a fondo, desde siempre lo hice de manera "piadosa" cuando engañaba a mis padres sobre dónde estaría o sobre asistir a aquella fiesta en lugares dudosos.

A simple vista pareciera que es normal en la adolescencia, quizás lo sea. Pero el engaño más grande que cometí en un principio, fue a mi misma. El engañarme a mi fue el inicio de todo. Después le siguió a todos por Antonio. En fin, la mentirás vinieron como agua corriendo de un río.

No me atreví a dar ninguna respuesta y explicación a nadie que me abordara. Fallo tras fallo tras fallo. No puedo mirarles en la cara sin tener que seguirles mintiendo. ¿Pero que pasaría si todos lo supieran? Incluso sigue habiendo verdades ocultas ante mis ojos.

Es duro de admitir, pero pesa más saber que Circe Barcsay sigue cargando con ese señalamiento incluso ahora en su tumba. Desterrada y obligada a dormir lejos de su linaje como se le condena a un traidor.

¿Pero cual es la diferencia entre matar por necesidad y matar por gusto? Muy fácil, todos llegamos a una edad en la que nuestra cordura se pierde y la mente perversa gana. Toma dominio de nosotros sacando esa bestia que llevamos encadenada. La descendencia es quien se encarga de eso, se ve más como darte un final digno con la muerte en mano de tu propia sangre.

Mis padres nunca tuvieron que hacerlo con los suyos, pero se de buena fuente que la tía de Antonio tubo que matar a su madre antes de que cayera en la locura. Ortencia Barcsay se hacía llamar y si te adentras a su castillo en Transilavania, encontrarás su retrato por encima de todos. Una mujer que demostró que hasta el diablo cayo por una mujer.

Eso es matar por necesidad, al final llega por avaricia, envidia y simple deseo por más. No hay nada peor que las lacras y hasta en familia las hay. En la mía sigue respirando una que no debería.

Con esto qué pasó, me di cuenta de muchas cosas y sobre todo una de ellas no me ha dejado dormir desde que regrese hace cinco días. Al igual que todos.

Antonio no ha dicho ninguna palabra desde entonces. Cuando abrió los ojos, se encontraron primero con los míos y realmente quería que dijera algo, lo que sea, que me gritara si hubiese querido; pero solo hubo silencio. Intento musitar algo, pero se trago sus palabras.

No hubo para Gabriel que lo atendió, ni para Beniel que permaneció a su lado al igual que Ciara. Creí que dándole un tiempo lo ayudaría a asimilar o recordar, es por eso que no nos precipite para tomar un vuelo a Nueva York. Después de todo, su condición seguía siendo delicada.

Al llegar me encerré en mi oficina por un largo tiempo. Rechace la conversación con Roman ya que lo único que quería, era silencio y espacio.

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