CAPITULO 41 - LA ISLA

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La isla 🇲🇬 - Misión pt. 1

Antonio

Tomo dos días enteros llegar al Cairo, donde haría los arreglos necesarios que me llevarían al nacimiento del problema. Estaba acostumbrado a esto, a que mi vida no me perteneciera por completo.

A moverme constantemente por todas partes cuando era necesario. Cuando tan solo tenía muy corta edad para estas responsabilidades, ya había recorrido gran parte recóndita de muchos países, lugares remotos que nadie se imagina, porque cuando eres el único cargando el deber de mantener el orden, existen de dos. Demuestras que no te queda grande el papel o dejas que el mundo te trague a ti, en vez de tú a él y está claro lo que logre al final.

Ciudades como esta, solo son el resultado devastador de lo que quedo después de la edad roja, ruinas y desgracias, así como su hambruna y pobreza extrema. Lugares sin ley, apartados del primer mundo y, sobre todo, desechos por los últimos acontecimientos. Su situación es lo que volvió perfecto todo esto ¿Quién se interesaría por estos lados del continente? Nadie, porque mientras todos miran a otra parte, la rebeldía y la degeneración, hacen su voluntad en las tierras más pobres.

Gabriel sabe de contactos y más cuando se trata de movernos encubiertos, conocía a un sujeto de fiar por el simple hecho de su beneficiosa ignorancia, que, por una buena bonificación, habría de llevarnos a Comoras en su barco. Un pescador es lo que se puso en nuestro camino y durante toda la noche sobre la tranquila marea, aproveche para estudiar el terreno que pisaré.

Estas islas desde hace muchos años dejaron de ser turísticas, ahora solo era salvajismo pleno y algunos condenados que jamás fueron rescatados, seguían estancados intentando sobrevivir. Los de mi clase habían tomado el control y usábamos sus tierras para extraer el mineral más peligroso, con el fin de tener posesión de él y jamás dejarlo caer en manos humanas.

El padre de Mazzekin había firmado su sentencia y el problema se agravaba más conforme seguías buscándole. Un hombre con poder en la sociedad y país para volverse más rico a cuestas de la traición a su raza, pero eso ya sería algo de lo que encargarme después, sin embargo, Eliazar Mirror era una piedra que me calaba en mi zapato.

Porque me dio en un punto ciego, me llego por el medio en el que yo no prestaría suficiente atención. Su género y proveniencia humana le daba el disfraz perfecto, dado que mis intereses están a otro nivel. Y quizá hubiera seguido más tiempo en las sombras si tan solo yo no me hubiese dado cuenta aquella noche que fui arrestado con el idiota de Brown.

—Llegaremos a hora perfecta a Comoras —Gabriel surge de la desgastada cabina mientras yo estoy en la cubierta mirando el horizonte.

—No puedo seguir perdiendo días —advierto— cada segundo, cuenta.

Asiente optando la misma posición que yo, con los antebrazos apoyados en la madera, el agua está más tranquila de lo normal y la luna en cuarto creciente. Cierro los ojos disfrutando de la briza y el aire se cuela por los bordes de mi camisa holgada. Gabriel hace lo mismo, respirando hondo y haciendo rechinar la madera con el constante cambio de peso en sus pies.

—Déjame ir contigo —pide lo que me esperaba— no me dejes en Comoras.

Abro los parpados volteando a verlo, su cabello se mueve por el aire y entona la mirada. Solo prestando atención, percato el atisbo de preocupación, inquietud y miedo.

—No vayas solo, yo puedo cuidarte la espalda, pero déjame acompañarte.

Vuelvo a mirar al frente y lleno mis pulmones de aire.

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