CAPITULO 30 - HACER HABLAR

4.6K 237 279
                                    

★・・・★・・・★・・・★・・・★・・・★

Hacer hablar

Antonio

No hay nada más fastidioso que el remordimiento, la culpa y todas esas patrañas que fueron ligadas para frenarte. Si lo piensas demasiado va a llegar un punto en el que te arrepientas. Si lo haces sin pensar también te puedes arrepentir de lo que consigas después. En ambas formas el mismo resultado. ¿pero es así para los que no tienen nada que perder?.

Ciertamente no. O eso creo. «después de todo, no existe nadie en el mundo que no tenga algo que perder».

Insisto que todo era más fácil antes. Pero también aburrido aunque ahora no creo opinar lo mismo. Por primera vez no quiero hacer nada ni pensar en otra cosa que no sea beberme todo el alcohol que pueda conseguir.

Estoy hasta la mierda de todos. Si, absolutamente todos. Unos más que otros.

¿Por qué me agobio a lo pendejo por cosas que no son de mi interés? ese es mi constante debate actualmente. Lo que voy a hacer es dejar que cada quien se joda a su modo. Mientras el afectado no sea yo, con eso es más que suficiente. Pero en fin, esto me sucede por no seguir mis propias reglas que yo mismo hice. "Primero yo y luego los demás".

—Y yo que pensaba que debía haber un momento en tu vida en el que dejarás de verte tan sexi —agrega Navil a mi lado dejando caer su copa— mírate, hasta ebrio sigues luciendo todo un bombón.

No conseguí compañera de sexo porque no estoy de humor, pero si una mujer que parece mapache y bebe tanto como un hombre, incluso más.

—Cuando llevas mis genes no hay nada en el jodido mundo que los opaque —respondo.

—Me doy cuenta —ríe— cariño te juro que cada que te veo, Toxic suena en mi cabeza como música de fondo —levanta las manos simulando algo— es como si caminaras en cámara lenta. Eres una imagen erotica.

—Si, lo soy —me encojo de hombros.

—Somos una vergüenza —arrastra las palabras— al venir aquí, yo estando así...

—Tu lo eres, no yo —aclaro tomando la botella.

—Ambos vinimos aquí por un motivo, fue una coincidencia muy coincidencia —me sonríe con el cabello ligeramente despeinado.

—No compares los términos —reniego— el que llegarás aquí con la intención de olvidar con alcohol todas las pendejas que te hace Michel no quiere decir que yo también pase por algo similar.

Su sonrisa se desvanece y vuelve a apoyar los codos en la barra de madera vieja. Se respira nicotina en el aire y la música de rock de fondo es casi innecesaria.

—Auch —responde empinándose un trago— a veces no se porque espero que me digas algo alentador que me ayude en verdad. Un quizá "Navil tu eres genial no vale la pena afligirte".

—Aquí cada quien se jode con lo que quiere. No duele si no le das el poder de que te lastime —le hago saber.

—¿Lo dices como consejo para mi o para ti mismo? —voltea— sonó como si la intención fuera convencerte de ti.

—Piensa lo que quieras —me encojo de hombros— pero si lo que quieres es un consejo en verdad aquí te va. Déjame decirte que el verdadero puto problema eres tú —le doy mi atención— tu misma dejas que un hombre clasifique tu lugar y valor como mujer a sabiendas de que puedes ser más que el plato de segunda mesa de un tipo que se coge a las que puede y cuando le da la gana regresa a tu mesa porque ya sabe lo que tiene allí y jamás se morirá de hambre.

DINASTÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora