Nadie mira más allá de su realidad, más allá de su círculo. Ahora que realmente he visto alrededor, he considerado una verdad. La vida es injusta o crudamente justa. Todos sufren igual, a todos los alcanza. No es una sorpresa sangrar, tener una que otra herida, cicatrices, unas profundas, otras extrañas. De todos los colores y formas como un arcoiris en la amplitud del cielo, diverso como el mundo mismo. Si es injusto, nadie merece sufrir, nadie merece llevar la pesada carga de llorar, es injusto porque no hay antídoto. Si es justo, es verdad que todos mienten, es justo porque todos lastimaron también, en poca medida o en mucha. Si es injusta habrá justicia alguna vez, si es jusca acabará en destrucción como se ve. Deteriorado y podrido, cansado y abatido, con menos oxígeno, con menos emoción y al final la solución, es siempre la misma, la muerte.
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En un atardecer
Non-FictionUna historia a través de la mente suicida. Cómo se siente la depresión. Preguntas sobre la existencia, el dolor, la realidad de la vida y Dios.
