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Tengo el corazón congelado.
Hastiado de la vida.

Que otra vez se pinte el cielo de colores, no los que surgen después de la lluvia, aquellos que tiñen las nubes por la tarde, como algo que termina para volver a empezar.
Quiero un atardecer, solo uno más.
Comer y saciarme, dormir y descansar, correr por el viento no por miedo, por gozo.

Veo el espejo, despreciable es.
Mi Yo dice: Ten paz.
¿Dónde puedo conseguirla?, ¿dónde se compra lo invaluable?

En un atardecerWhere stories live. Discover now