La Carta.

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Para Emilia.
Lo siento mucho madre, que es una locura, lo intenté, luché con mis ultimas fuerzas que salían no de dónde, pero no fue suficiente.
No te culpes, no es por ti, es solo qué esta carga es demasiado agotadora.
El dolor me es insoportable, me destroza las entrañas y tengo hecho en mil piezas mi espíritu.
Perdóname mamá, no quería este final.
No me extrañes, no me esperes, olvídame y has de cuenta que nunca estuve.
Sabes que te amo, ya intenté lo imposible y la desolación pudo más. Por favor no sientas ningún remordimiento, yo escogí esta salida, por favor, feliz sin .


Pegué el papel en la puerta de la nevera, me quedé ahí un instante mirando la foto de mi madre. Escuchaba mi respiración a veces profunda y entre cortada.
Tomé una soga y la metí en la mochila donde también llevaba una soda, algunos dulces y una manta.
Me tragué un sobre de pastillas para los nervios que posiblemente ya habían vencido. Apagué los aparatos electrónicos y quemé un libro de filosofía que había disfrutado unas cinco ocasiones.
Al ver que casi anochecía salí de casa decidido más que desesperado a entrar a ese bosque.

En un atardecerWhere stories live. Discover now