En un atardecer

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Si nadie lo sabe aún, es por que sé fingir muy bien la felicidad y el estusiamo, río por fuera mientras que adentro todo es gris y melancólico, como tener una muerte lenta.
Emilia a veces lo nota, cuando me distraigo por minutos viendo hacia la nada, no me pregunta, tampoco quiero que lo haga. También nota cuando no duermo y sabe que he pasado la noche sentado detrás de la puerta de mí habitación.

He encontrado últimamente un pasatiempo para la distracción; un libro viejo de religión, "Mahoma, Buda y Jesús, buscando la respuesta para la verdad absoluta".
El primero menciona las obras y méritos para alcanzar el cielo y agradar al ser supremo, mejor dicho, al Dios de los hebreos.
El segundo habla de despojarse de los deseos y placeres para lograr llegar al ser iluminado, o nuestro propio ser que es en sí un dios.
El tercero dice ser Dios mismo encarnado, que el amor lo es todo y para salvarse del castigo eterno es necesario arrepentirse y confiar en su muerte; ¿su muerte?, sí, su muerte, según se entrega a sí mismo por la humanidad.
No sé cuál de los tres está peor, no se me dice nada al respecto de un propósito, ninguno responde a mis preguntas.
Para profundizar más he decidido leer más acerca de ellos, desde la perspectiva de sus seguidores.
El Corán, escritos de Buda y la Biblia cristiana.
Del último libro tengo una copia en mi cuarto así que empezaré por ahí.