El silencio me abraza, yo me dejo acariciar.
Me abofetea luego y trata de insultarme.
Ya no puede romper lo que está roto, ya no puede destruir donde no hay reparo.
¿Hay salida?, la hay.
Camino hacia ella...
"No estoy listo".
Escucho sonidos extraños, todo es oscuro.
Escucho una alarma, quizá la muerte se despertó para recibirme.
No hay rizas, no hay llanto, no hay nada...
Sentí un golpe en el pecho, un de repente, acabo reaccionando.
Abrí los ojos y el sol me alumbraba en la sien, oí otra vez con claridad, la puerta sonaba y la voz de mi madre.
—¿Estas bien?, hijo ya es tarde, tienes que ir a trabajar.
No tenía facultad de hablar o simplemente las palabras no llegaban a mí. Me levanto y camino hasta la cama para recostarme, escucha mis pasos, yo los de ella mientras se aleja.
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En un atardecer
Μη-φαντασίαςUna historia a través de la mente suicida. Cómo se siente la depresión. Preguntas sobre la existencia, el dolor, la realidad de la vida y Dios.