7.

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Luego de estar en el incendio Bella y yo regresamos a la comisaría bastante satisfechas con nuestro trabajo en el lugar, aunque obviamente me quedé pensando en todos esos familiares desesperados por ver a sus hijos.

—¿Estás bien? — le pregunté a Bells antes de bajar del auto y me miró sorprendida— Cuando estábamos en ese lugar parecías muy nerviosa.

—Se trataba de niños, no lo sé. Siempre se trata de niños, pienso que en algún momento mi hija puede estar en algo así y me gustaría que obtenga toda la ayuda necesaria, los bomberos actuaron muy bien, es una locura todo el trabajo que hacen siendo grupos tan chicos, viste que después llegó más gente pero al comienzo... —agregó, nos bajamos juntas del auto— Gracias por acompañarme amiga.

—Rufina es mi sobrina, también me preocupan los niños —bromeé— Nunca tuve eso —solté de golpe— Hoy cuando veía a todas esas madres preocupadas pensé en que nunca lo tuve.

—Ahora lo tienes —me dijo Bella— Si hay un accidente que te involucre soy capaz de cualquier cosa con tal de ir a buscarte —la miré con una sonrisa y me abrazó— Ya sé que no te gustan estas cosas en el trabajo, pero quiero que sepas una cosa... nuestra historia de vida muchas veces es quién nos define como persona, la tuya ha sido difícil pero gracias a eso eres la persona más fuerte del planeta

—No hace falta que seas tan cursi, te creo —soltó una sonrisa y me abrazó mientras pedía el ascensor.

Subimos a nuestro piso y notamos que todos los chicos estaban en el laboratorio con Eiza.

—Buenas —dije entrando, estaba Euge también— Hola amiga

—Hoooola —dijo sentada en el escritorio— Hace treinta minutos estoy acá ¿Para que tienes telefono? —saludó a Bella— Pensé que quedamos en comer, cambié mi turno para hoy.

—¿Qué es ese olor a humo? —dijo el Chino

—Estábamos visitando a la testigo y en dos cuadras del lugar se estaba quemando un colegio —expliqué mientras sacaba un poco de agua— Por radio no dejaban de pedir refuerzos, así que Bella decidió que era buena idea ir a dar una mano, estuvimos ayudando a sacar autos del lugar y a ordenar un poco a los padres de los chicos que estaban bastante alterados.

—¿Son bomberas ahora? —dijo Cande— ¿Estaba mi amigo?

—Si, pero lo vimos en acción todo el tiempo. Perdón, no te pude responder, el lugar era una locura, todo el mundo corría y gritaba, trataba de controlar a las mamás de los chicos, mientras identificamos a los que sacaron era mucha gente, no tuve tiempo de escribir —dijo Bella lavándose las manos.

—Traición a casa —dijo el Chino— No quiero verlas arriba de ese camión inmundo

—¿Te hicieron algo los bomberos? —preguntó Eiza riendo—  todo el mundo los ama.

—¿Vamos? —dijo Bella

—No puedo, me están escribiendo del hospital que tengo que ir a dar una mano a una operación, están colapsados—dijo guardando su celular— Fuck, si llevabas veinte minutos antes... —bromeó— No pasa nada, hiciste bien, son chicos.. haría lo mismo —la abrazó— ¡Eizu! Te dejo la chaqueta acá, gracias

—¿No la quieres llevar? —respondió ella— Yo tengo cambio acá

—Buenisimo, gracias. Chau chicos, chau mi amor —le dio un beso a Bella y salió corriendo.

—¿Qué tenemos? —pregunté mirando la pizarra con toda la información

—Estamos repasando nuevamente lo que tenemos de la Sra. Porter, la última persona que la vio con vida, qué fue lo último que hizo, cuáles eran sus planes, los exámenes —dijo el Chino— Seguimos en un punto ciego, su marido ha pedido una nueva reunión con el fiscal y el jefe nos está pisando los talones nuevamente.

Dos ExtrañosWhere stories live. Discover now