11.

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Tuve que inventar una rápida excusa sobre el auto para que no me llenaran de preguntas de lo que realmente había pasado, por suerte no me dijeron nada y pude continuar con mi trabajo tranquila. Regresé a casa caminando mientras escuchaba un poco de música y pensaba en nuestro complicado caso, cené y puse un poco de televisión, cuando de pronto comencé a escuchar un desolador llanto que venía desde la ventana ¿Alguien estaba viendo televisión tan fuerte? pensé, salí y lo vi completamente roto, como si ni siquiera podía controlarse, lo primero que me nació fue salir para acompañarlo y aunque no me quedé completamente segura sobre su estado por lo menos se quedó más tranquilo. Antes de dormir pensé mucho en la cantidad de cosas que pasamos en estos trabajos con tanto estrés y en lo que mencionó sobre su madre.

—Bella —acerqué mi silla hacía su escritorio— ¿Conoces un poco de la vida del bombero? —me miró sin entender la pregunta— Digo... ¿Alguna vez Euge te habló sobre él? Ayer pasó una situación muy extraña, tuvo una crisis de pánico en el balcón y tuve que ir a su departamento para darle una mano, se veía realmente mal, me dio mucha pena

—No, simplemente me dijo que era un buen tipo con una personalidad particular y que esperaba que se llevaran bien porque le encantaría incluirlo al grupo —agregó con una leve sonrisa.

—¿El bombero lloró contigo? —preguntó el Chino con una sonrisa, me olvidaba que este lugar todo el mundo siempre estaba escuchando todo

—¿Qué? —dije riendo

—Escuché lo que dijiste —agregó con una sonrisa— Que divertido, no es el que se hace el galán a todo momento, vaya manera de estropear todo con la vecina —movió la cabeza

—¿Por qué dices eso? —pregunté sin entender— Me refiero a que todo el mundo tiene derecho a pasar por un mal día y no está estropeando nada conmigo porque somos vecinos que ni siquiera tienen buena onda, lo acompañé porque me pareció que lo necesitaba en ese momento, no entiendo que hago explicandote esto —dije de brazos cruzados y el comenzó a reírse— ¿Como va la terapia? —cambié el tema inmediatamente

—Pésimo —dijo Bella mirando el computador y el chino soltó una mini risa— Dios, es una tortura. Este unos veinte minutos escuchando a Eugenia decir todas las cosas que odia de mí, por un momento no entendí que hace conmigo, cuando fue mi turno no tenía idea que decir, creo que me puse un poco nerviosa, después de eso no quería verle la cara, estaba enojada con ella. Volví y dormí en la habitación de Rufina

—Estás recién comenzando, ten un poco de paciencia —dije con una sonrisa

—La tengo, pero hasta hace dos semanas estaba diciéndome que quiere tener otro hijo conmigo y ahora dice que no me soporta ni cinco minutos más, no lo dijo textual pero básicamente odia todo de mí, menos acostarse conmigo. Lo dijo en mi cara la muy hija de puta ¿No pudo decirme todas esas cosas en casa y no al frente de una desconocida? —agregó enojada—

—Una que no está manejando bien la terapia es Bella —dijo Cande riendo, tuve que aguantarme.

—No sé, creo que no soy una persona que sirve para ser analizada. Eiza, ¿sales temprano hoy? —preguntó y ella asintió— ¿Puedes hacerme el favor de siempre?

—¿La dejo con Euge en el hospital? —preguntó, Bella asintió y Eiza levantó el pulgar

—Eso es algo que tu deberías hacer —agregué— Si estás haciendo terapia para mejorar la pareja, comienza a esforzarte también

—Puedo empezar mañana, hoy no quiero verle la cara a Eugenia —dijo mirando el computador— Voy a volver a casa cuando esté durmiendo y no tenga que dirigirle la palabra.

Dos ExtrañosWhere stories live. Discover now