Dos Extraños

36.

Jacob arruinó mis planes de celebración con Peter por traer información importante del caso, tuve que quedarme leyendo informes con él hasta la madrugada y cuando ya no podía mas del sueño me fui a la habitación, puse pestillo porque no tenia ganas que se fuera a meter a mi habitación con desayuno por la mañana, lo conocía perfectamente. Cuando desperté me di una ducha y salí al living, todo estaba preparado.

—Me parece que tenemos que irnos —dije mientras me preparaba una tostada

—No sé si te diste cuenta que puse todas tus cosas favoritas —dijo con una sonrisa— ¿No te vas a secar el pelo? —preguntó— Te puedes enfermar —agregó con una sonrisa— Que nos esperen, tenemos todo el derecho a desayunar, además ayer hicimos horas extras —me senté a comer pero no tenia ganas de conversar con él así que lo hice en silencio— ¿Le contaste al bomberito nuestra historia? —preguntó y lo miré sorprendida— Hoy en la mañana lo encontré en el balcón e hizo una broma cruel sobre la ducha, me sorprendí sobre lo enterado que está sobre tu vida

—¿Qué? —dije un poco molesta— ¿Que le dijiste? —obviamente lo provocó para que Peter le dijera algo así

—¿Yo? —dijo riendo— Porque me estás culpando a mi, yo no le dije nada. Seguramente no le pareció verme en tu balcón despertando recién, esa no es mi culpa

—Ok, suficiente —dejé la tostada en la mesa— Primero, si estas acá es porque el jefe me pidió que tengamos una relación civilizada para llevar esta compleja investigación y porque sé que eres muy bueno haciendo tu trabajo, pero me parece que ya te pasaste y me estás faltando el respeto. No quiero que sigas haciéndote el simpático conmigo, no quiero que hagas comentarios desubicados, no hay chance que tu y yo volvamos a ser una relación de ninguna manera, no estoy interesada en ti Jacob. Ya la pasé mal, ya hice todo mi proceso, no tienes la idea lo mucho que sufrí con todo esto, tu eras mi vida completa, te di absolutamente todo, te di mi corazón y sabías todo lo que sufrí en la vida como para que me hicieras esto —cada palabra que decía me molestaba más, el me escuchaba con atención.

—Lali, tienes...

—No, yo estoy hablando ahora —dije molesta— No quiero que jodas a Peter, te lo digo muy en serio, no quiero que lo acoses, ni que le hagas chistes, no quiero que le hagas creer que tienes algún tipo de control en esta situación porque no es así. Si estás en mi casa es por trabajo nada más

—Me estas culpando de algo pero no entiendo, porque asumes que estoy molestando al bomberito? —preguntó frunciendo el ceño— Acepto absolutamente todas tus palabras, yo también pensé que todo esto sería diferente pero cuando te vi, sentí ¡Electricidad! —dijo con una sonrisa— Todo lo que no me pasaba hace mucho tiempo, sentí como si el tiempo no pasó entre nosotros

—Dios, que pesado eres. Estás hablando como si nos separamos porque te fuiste a estudiar a otro país, nos separamos porque me cagaste, deja de ser tan caradura, deja de hacer esas cosas y te lo digo desde lo más profundo de mi corazón ¡No molestes a Peter! Es el límite, intocable para ti.

—¿Estás con él? —preguntó y me quedé en silencio— Ok, no estás con él pero te gusta, no te gusta tanto si no lo dices y permites que tu ex novio, el hijo de puta mas grande de la historia duerma en tu casa y lo haga en la cara de él —dijo riendo

—No me gusta, me encanta —respondí con una sonrisa— Me vuelve completamente loca, estoy todo el día pensando en él. Recuperé las ganas de pasarla bien con otra persona, me hace reír, me cuida, incluso sin darme cuenta regresó el autoestima que perdí gracias a ti —comencé a pensar en Peter— Tienes razón cuando dices que lo hice en su cara y no me di cuenta, porque me importas tan poco que no me interesa que me vea contigo