55.

5.7K 345 79
                                    

Nuestro reencuentro oficial fue lo máximo y dio pie para por fin comenzar a dejar todo atrás, aunque obviamente el dolor de nuestro hijo jamás se iría pero como siempre tendría que ser parte de nuestras vidas. Lali cada día se mostraba con más ánimo y más independiente, lo que me hacía sentir muy orgulloso de ella.

—Lo linda que está Lali —dijo Úrsula rompiendo el silencio del desayuno

—Totalmente, se lo digo todo el tiempo —sonreí mirando mi celular y le mostré una foto— tengo toda la memoria ocupada con fotos de Lali —confesé y Tincho soltó una carcajada— lo linda que es mi mujer, chicos la otra vez me puse a pensar que nunca me enamoré porque me tocaba esperar a la detective, no?

—Más claro imposible —dijo andrés— me da mucha risa que cuando te agarro, te dio con todo —sonrió

—Ya perdí la cuenta de cuántas veces ha dicho lo mismo, lo intenso que se puso por favor —dijo Tincho burlándose de mí, miré mi celular y mamá me mandó un selfie con Lali, estaban juntas en kinesiología.

—De golpe mi mamá y Lali se hicieron mejores amigas, creo que tienen más onda entre ellas que yo con mi mamá —dije riendo, obviamente los chicos también se rieron de mí— igual me cayó directamente del cielo en este momento, necesitaba una mano con Lali y la verdad es que se ha comportado un diez.

—Me alegra mucho que se estén acercando de nuevo, amigo ¿que onda tu papá? —preguntó Ursula

—El si es una persona que no me interesa nada, en el fondo yo siempre entendí que mamá estaba influenciada con su odio, no me importa nada de lo que haga con su vida y si lo tengo lejos mucho mejor —sonreí.

—¿Quién sacó las cosas de Bauti? —entró el capitán a la sala. Levanté la mano— ¿Dónde están?

—En la bodega —respondí mirando mi café

—¿Por qué? ¿Te las vas a llevar? —pregunté

—Porque ya no hace falta que estén en el lugar, están llegando personas nuevas que necesitan espacios y ha pasado demasiado tiempo para seguir teniendo sus cosas ahí, con la foto de la entrada en suficiente —respondí mirándolo.

—Me hubiese gustado que me lo informes —agregó él

—Soy teniente de este lugar capitán, me imagino que puedo tomar algunas decisiones sin preguntarte —respondí y me puse de pie.

—Lanzani, a mi oficina por favor —soltó una sonrisa y se retiró, todo el mundo se quedó en silencio. Odié que lo hiciera de esa manera porque inmediatamente le dio demasiada importancia. Lavé mi taza y bajé a su oficina, cuando entré me pidió que cierre la puerta— ¿Me puedes decir que está pasando? ¿Por qué sacaste las cosas de tu hermano sin preguntarle a nadie?

—Porque tu siempre dijiste que cuando estuviera listo las quitara, estoy listo —respondí— Por favor, no hagas un problema esto. Estaba usando espacio y hay personas nuevas que necesitan lugar, punto.

—¿Y la foto de tu locker? —preguntó

—¿También estás revisando mis cosas? —dije sorprendido

—No, me di cuenta la otra vez que estabas guardando tu ropa. Hijo, sabes que puedes confiar en mí, yo sé que todo lo que te ha pasado este último tiempo es muy triste, te has dedicado al trabajo y a tu novia de una manera ejemplar pero me preocupa lo que te está pasando a ti en el interior, siempre te guardas demasiada información y luego terminas explotando, ya sabes que esa no es la mejor manera

—Estoy enojado con la vida —confesé sin poder mirarlo— no quiero seguir llorando porque ya lo hice demasiado, necesito estar fuerte y no tengo muchas ganas de pensar en todas las cosas malas que me han pasado. Supongo que tenía que responsabilizar a alguien por todo lo que pasó y elegí a Bautista, ya sé que es una locura pero para mí... Lali es la mujer de mi vida, íbamos a formar una familia ¡Una familia! Algo que ninguno de los dos tuvimos y nos viene a pasar esto, sinceramente no lo entiendo. Yo creía que habían personas cuidando de nosotros, pero si es así no puedo perdonar esto, ahora que lo escucho en voz alta suena completamente demente —suspiré— En fin, Bautista se fue y no está más conmigo, tampoco está cuidando de mí, es momento de aceptarlo, aunque sea triste o doloroso

Dos ExtrañosWhere stories live. Discover now