20.

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Cuando Natalie apareció a interrumpir mi cena con Lali obviamente me jodió, pero no le podía decir nada al frente de ella porque iba a quedar de maleducado y no era lo que quería.

—¿Por qué se fue? —preguntó Natalie sorprendida— Es linda, podríamos invitarla más seguido —me levantó las cejas y no le respondí— Me jode que no me respondas los mensajes cuando estoy cerca de tu casa —se acercó a mi y me pasó las manos por la nuca— ¿Podemos pasar al postre directamente?

—A mi me jode que vengas a casa sin avisar y nunca te dije nada. No lo hagas más —me apoyé en el mesón de la cocina— Primero porque siempre dijimos que esta situación es sin compromiso alguno, entonces si no contesto es porque no tengo ganas o porque estoy ocupado —ahora si fui mala onda y ella soltó una carcajada, luego me besó— Estoy hablando en serio.

—Bueno, dale lo que digas —me tomó la mano y caminó hacía el sillón— No quiero que te enojes conmigo esta noche porque necesito descargar energías —me abrió el botón del pantalón

—Dije que no quiero —sonreí— Estoy hablando en serio —me cerré el pantalón— Podemos cenar y charlar si quieres, tengo bastante comida.

—¿Charlar? —dijo sorprendida— Para eso pago mi psicóloga cariño, no te olvides que tenemos un trato sexual nada más, no quiero ser tu amiga y perdón por invadir tu espacio. Me suena la cara de ella ¿Es tu vecina? —preguntó y asentí— por eso sabía que la había visto ¿te gusta? —negué.

—Es una amiga —respondí

—No me jodas, no tienes amigas. Ursula puede ser pero porque la ves todos los días y seguro te aburriste —se estaba burlando de mí— Si te la estás cogiendo no pasa nada, no tienes porque mentir

—Lali es mi amiga —respondí molesto— No me acuesto con todas las mujeres con las que hablo, tengo muy buena con ella ¿Vas a comer algo o no? —en realidad quería que se fuera, pero no se lo dije, soltó una sonrisa y se sentó.

Cenamos mientras ella habló todo el tiempo de su trabajo, luego le dije que estaba cansado, solo lo hice para que se fuera y quedamos en que no volvería a mi casa sin avisar. Salí al balcón a fumar, no vi a Lali, me sentía un poco avergonzado por lo sucedido así que decidí mandarle un mensaje, que leyó pero no respondió. Al día siguiente desperté con un chat de ella que decía "no pasa nada, no te preocupes" así que me quedé un poco más tranquilo, Euge me escribió para que saliéramos a bailar hoy después del trabajo, le dije a Ursula que se sumara porque hace tiempo no hacía planes con ella.

—Me mata que Euge salió a vivir la vida loca desde que se separó —dijo Úrsula riendo— No nos vamos muy tarde porque mañana tenemos que dejar todo organizado para la tallarinata.

—Ursula —la tomé de los hombros— Desconectate de la estación y disfruta la noche —bajamos la escalera del lugar, Euge nos levantó la mano estaba en una mesa acompañada de Eiza, más linda que nunca. Hicimos una parada en la barra y fuimos a la mesa—

—Antes salía a bailar todo el tiempo —dijo Eugenia con una sonrisa— Ahora me siento oxidada para este tipo de cosas pero supongo que es momento de regresar, sigo siendo una persona joven —le choqué los cinco e hicimos un salud.

—¡Salud por el regreso de Euge a las pistas! —bromeó Eiza y chocamos las copas— Estamos esperando que el dj ponga las canciones ideales para salir a bailar.

—Yo tampoco salía a bailar hace mucho —dije con una sonrisa y todas se burlaron— Estoy totalmente bendito entre todas las mujeres, salud por mí.

—Hoy viniste a bailar conmigo, ni se te ocurra dejarme por cualquier desconocida de la barra —me advirtió Úrsula con el índice.

—Soy todo tuyo —celebré— ¿Me explicas porque traes tu anillo de matrimonio como en el collar? —pregunté mirando a Eugenia sin entender lo que estaba haciendo.

Dos ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora