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Preparar la mudanza fue bastante particular, semanas antes Lali comenzó a poner en cajas sus cosas, todo perfectamente ordenado y marcado con etiquetas, mientras que yo tenía mi propio desastre, en ese momento me di cuenta en lo mucho que había cambiado, ni siquiera la vi estresada, lo único bueno de todo es que teníamos un grupo grande de amigos que nos darían una mano con todo, así que comenzamos a mover todo paso a paso.

—Bueno, supongo que eso es todo. Queda lo más grande nada más —dijo Lali mirando hacía todos lados— pero de eso ya se ocupa la gente de la mudanza —agregó con una sonrisa y se acercó a mí— que buena onda que tu mamá se puede quedar con Beltrán estos días así no estamos preocupados por la comida y todo eso

—Además se divierten un montón, ¿te mandó videos? —pregunté y asentí— La pasa muy bien con mamá, fue buena idea que fueran cercanos desde siempre. ¿No te da un poco de nostalgia todo esto? —miré hacía todos lados y ella se acercó a mí con una sonrisa— Ya llegaron personas nuevas a vivir a mi departamento, acá nació todo —nos sentamos en el sillón— Voy a extrañar este lugar

—Si no fuera por Euge... —dijo ella riendo— me acuerdo perfecto el día de tu primer fiesta cuando la llame tan enojada, no podía creer lo que me hizo pero en el fondo me cambió la vida de la mejor manera posible —cuando dijo eso me acarició delicadamente— ahora tenemos nuestra familia y somos felices

—lo que nos merecemos después de tanto sufrimiento —le tomé las manos y le di un beso— también me acuerdo cuando le dije a la china que necesitaba un lugar, me amenazó un par de veces para que no te moleste porque tu la estabas jodiendo. En fin, laliter nueva era. Tengo que terminar de ordenar mis cosas

—Te dije dos veces que sería más fácil meter las cosas en caja con una etiqueta y listo, pero también te estoy dando libertad en tu desastre para que después no digas que me meto en tus cosas —agregó con una sonrisa— ¿Quieres que te ayude? —asentí y la llené de besos.

Tardó diez minutos en organizar todas mis cosas, usó su técnica de las etiquetas y en menos de dos horas teníamos casi todo listo para la mudanza grande, me dormí muy cansado y por la mañana hicimos una videollamada con mamá donde nos contó todas las cosas que Beltrán hacía, era una abuela chocha, tuvimos que colgarle o podía estar todo el día hablando de la risa de nuestro hijo. El camión llegó a buscar nuestras cosas, cuando sacaron todo vi a Lali parada en la mitad del departamento.

—Sale ahora —dijo hablando por teléfono y salió al balcón— Te veo —estaba hablando con Bella— Hoooola Rufa ¿Me ves? Cuidado —puso altavoz y salí con ella— esta es nuestra despedida como vecinas, gracias por cuidarme y darme comida todas las veces que lo necesité

—Te odio Lanzani ladrón —gritó Bella— voy a extrañar mirar la ventana y verte, pero me voy a mudar cerca tuyo para no extrañarte tanto —eran hermanas— te amo

—Yo a ti —respondió— Ok, voy a colgar porque tengo que subir al camión, las amo. Nos vemos a la noche —me despedí con la mano para no interrumpir— Supongo que eso es todo —miró hacía todos lados— chau balcón del amor —me miró y me abrazó— Te amo —besó—

—Chau vecinos —gritó el demente de siempre— los vamos a extrañar, que sean felices.

—Gracias vecino, lo vamos a esperar en la boda ¡No me falle! —grité

—Ahí estaré, solo tiene que escribirme cuando y donde —respondió— Gracias por hacer mis tardes y noches más divertidas

—De nada, ha sido un placer —dije riendo

Entramos a sacar las últimas cosas y luego bajamos a despedirnos de él, era lo último que nos quedaba. Nuestra casa nueva no estaba lejos del departamento así que fue un viaje pequeño, descargar y ordenar todo fue lo peor. Por la tarde llegaron las chicas para ayudar con el orden de las cosas principales. Al día siguiente nos ocupamos en armar la habitación de Beltrán con todas las cosas que compramos y los regalos de sus mil tios, Lali estaba tan feliz que me daba mucha ternura.

Dos ExtrañosМесто, где живут истории. Откройте их для себя