Dos Extraños

52.

El dolor que me generaba ver a Lali en ese estado de tristeza absoluta me tenía completamente destruido, además tenía que tratar de entender que fui padre por algunos días sin saberlo, estaba transitando una especie shock tratando de ser fuerte para acompañarla desde mi lugar, aunque ella no quería absolutamente nada con nadie, me costaba trabajo aceptar eso pero el capitán me dijo que lo mejor era no ahogarla.

—Bueno chicos, nuestro trabajo está listo. Comencemos a retirar las mangueras y dejemos todo ordenado, buen trabajo —dije por radio muy agobiado, me quité el casco.

—No quieres que termine todo —dijo Úrsula mirando el reloj— para que puedas ver a Lali un ratito

—No —respondí— Lali no quiere verme, sigue sin hablar nada —comencé a guardar las cosas en el camión— ayer me dijo que la deje en paz, que la deje estar triste, supongo que pronto va a dejarme —suspiré— no tengo idea como ayudarla la verdad, estoy haciendo lo que puedo mientras transito mi propio dolor, esto es lo único que me ayuda a poner la cabeza en otro lado ¿Como te ha sentido? —pregunté

—Bien, a mi no me pasó nada —dijo guardando las mangueras— Me cuesta mucho trabajo dormir —me miró y se apoyó en el camión— Ayer nos juntamos con Bella y Cande, les pasa lo mismo —se quedó en silencio— A veces siento que la escucho gritar de esa manera pidiendo ayuda, fue muy duro. No me imagino como debe ser para las chicas que son mucho más cercanas

—Todos los días estoy agradecido de que hayas estado ahí —sonreí— Gracias Ursi de verdad, tan solo imaginar ese momento me destruye mucho más —se acercó y me abrazó fuerte.

Terminamos de guardar todas las cosas y regresamos a la estación, Andrés se ofreció a preparar algo para cenar, mientras tanto yo fui a ordenar todas mis cosas para darme una ducha, cuando abrí el casillero vi nuestra foto, otra realidad, es la burbuja de amor cuando nada podía con nosotros, la miré detenidamente, le di un beso y la colgué nuevamente, tomé la toalla y entré a las duchas ¿Era buena idea ir hoy al hospital? pensaba mientras me duchaba, estaba tan agobiado y triste que era muy difícil tomar una decisión en este momento, de pronto la puerta se abrió.

—Ups, perdón, perdón —escuché la voz de una mujer, corté el agua y tomé mi toalla— No vi nada —dijo Sofi— Perdón

—No pasa nada —me puse la toalla en la cintura— ya terminé ¿Todo bien? —pregunté

—Todo bien, tu? —preguntó— Mala pregunta, no? ¿Cómo sigue Lali?

—Ahí... luchando —sonreí— Pero se va a poner bien pronto

—No imagino donde debe estar tu cabeza en este momento, te ves muy cansado —la miré con una sonrisa y caminé a la salida— Acá tienes una amiga en la que puedes confiar, digo... si necesitas tomar una cerveza sin que nadie te haga demasiada preguntas

—Muchas gracias Sofi, permiso —salí del lugar y me vestí rápido.

—¿No vas a comer nada? —preguntó úrsula cuando me vio guardando todas las cosas en la mochila

—Me voy a llevar una barrita, quiero ver si alcanzo a encontrar a Lali despierta —sonreí— Por lo menos para que sepa que estoy con ella

—Haces bien Lanzani —me abrazó nuevamente— escríbeme cualquier cosa, dale?

Saqué una barrita de cereales y me fui al hospital, llegué corriendo un poco tarde y cuando entré a su habitación estaba mirando televisión.

—Buenas noches, tardé un montón en un incendio sin sentido —dejé mi mochila en el sillón— ¿Que tal tu día? —pregunté y hubo un silencio— perdón, silencio... Todos los chicos te mandan saludos y buenas energías para tu recuperación, ¿hay nuevas noticias de algo? Digo... tu pierna, como sigue?