Dos Extraños

56.

Era demasiado para mi corazón ver a Peter cargando un bebé, Tincho se ocupó de ir por la canasta donde la dejaron con una básica nota que informaba que no tenía condiciones para tenerla con ella, además entregaba algunos detalles sobre su nacimiento. El capitán mostró las imágenes de la cámara de seguridad en el momento exacto donde la dejaron.

—¿Ya llamaron a la asistente social? —preguntó Peter, aun la tenía en sus brazos, todo el mundo se quedó en silencio— ok, tenemos que pensar muy bien que haremos

—¿Qué pasa si llaman a la asistente? —preguntó Bella

—Van a llevarla a un hogar —rompí el silencio, ninguno supo qué responder— hasta que puedan conseguirle una familia, si es que tiene buena suerte. Aunque es un bebé recién nacido, tiene grandes opciones en ese lugar, son los favoritos de las familias que buscan adopción —la miré con atención era realmente y aún no se dormía, ni siquiera lloraba al ver un grupo de desconocidos encima de ella.

—Debe ser horrible la vida de su mamá —dijo Úrsula— para pensar que dejarla en la calle es la mejor opción —asentí, el capitán me miraba con una sonrisa muy atento—

—Perdón que pregunte esto pero si ninguno de nosotros llamó a la persona encargada es porque ninguno quiere que vaya a un hogar? —preguntó Sofia— Digo... hay otras opciones

—Podemos demorar un poco más el asunto —dijo Peter— Podemos buscar la manera de cuidarla un par de días hasta que... ¿se puede hacer algo capitán? No me gustaría que vaya a un hogar, mira lo que es... está recién nacida

—No podemos robar un bebé —dijo el capitán— ¿Es hombre o mujer? —preguntó

—Mmmm mujer me parece, tiene ropa rosa —miró el pañal y luego nos miró sorprendido— Es hombre

—¿En serio? —dije sorprendida— Wow. Bueno, no podemos robar un bebé pero si podemos demorar el asunto —solté una leve sonrisa y Peter me miró con atención— ¿Eugenia está de turno? —miré a Bella que asintió— Perfecto, llevémoslo al hospital, digamos la verdad... lo encontramos fuera de la estación y queremos asegurarnos que esté en buenas condiciones para ir a un hogar —solté una leve sonrisa.

—Pero en el hospital hay asistentes sociales que tomaran el caso cuando entren —dijo Bella

—Exacto pero no tienen opinión hasta que el doctor las autoriza completamente y para eso tenemos a Eugenia —solté una sonrisa— Por lo menos nos dará tiempo para pensar en un nuevo plan —Peter me miró y se puso de pie— Ok, vamos —subimos a la ambulancia.

Ursula se ocupó de manejar, Bella fue de co-piloto, Peter y yo subimos atrás acompañando al bebé que seguía silencioso

—¿Por qué no hace nada? —preguntó Peter— ¿Por qué no llora? Espero que esté bien, me gustaría buscar a su mamá y preguntarle qué le pasa, quizás podemos ayudarla de alguna manera, no?

—No creo que podamos hacer mucho por ella mi amor —solté una sonrisa y miré al bebé— Espero que no sufra, dios... que feo mundo, no estaría entiendo porque dios le da hijos a quién no quiere tenerlos y luego castiga a parejas que si quieren formar una familia —él me miró con los ojos brillando— es muy injusto —me tomó la mano y soltó una sonrisa— En fin... No quiero que la pase mal, espero que si va al hogar lo elijan rápidamente

Después de eso hubo un silencio, Peter se veía un poco afectado. Llegamos al hospital y le hice un rápido resumen a Eugenia para que nos diera una mano, entonces se puso a cargo del bebé rápidamente para hacer todos los chequeos, eso le daría un par de días más seguros antes de ir de ese horrible lugar. Sin ni siquiera conversar entre ambos, nos quedamos toda la tarde acompañando al bebé, incluso Eugenia nos hizo un reporte completo de los primeros exámenes.