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Todos los policías del lugar estaban trabajando en encontrar a las chicas, había muchísima preocupación por la situación, yo estaba en shock, no creía nada de lo que pasaba, escuchaba que todo el mundo me hablaba pero no entendía lo que decían, tenía un pito en oído que no me permitía ser parte de la conversación ¿De qué mierda se trataba esta maldición? Miré a la ventana y el cielo se estaba cayendo con la tormenta.

—De todos los teléfonos que tenemos de ellas, la última que hizo una llamada fue Bella —dijo el Chino mirando a Eugenia— Pero todos emitieron su última señal en la misma ruta, lo que quiere decir que no pueden estar muy lejos —puso un mapa en el mesón y lo marcó.

—Llamamos a los policías que están más cerca del lugar y están saliendo al sitio —dijo Jacob mirando la ventana— a nosotros nos costará más trabajo llegar.

—¿Dieron aviso a la central? —pregunté y el Chino asintió— entonces deben estar saliendo los bomberos de la zona, vamos. No podemos seguir acá perdiendo el tiempo —suspiré nervioso

—Espera, no podemos ir todos —dijo el Chino mirándonos— es peligroso que nos pongamos todos en...

—No empieces con tus reglas de mierda, no quiero que ninguno de ustedes me de una orden, soy teniente de la estación 14 y si quiero ponerme a la cabeza de esto sabes que lo haré, se trata de mi novia y de sus novias, no te atrevas a hablar como si este fuese un operativo más, no me voy a quedar acá de brazos cruzados, aunque se caiga el cielo la tengo que encontrar —dije muy enojado, el chino simplemente me miraba con atención— así que si no puedo subirme a un auto de policía, lo haré a cualquier otro —hubo un rotundo silencio después de mis palabras.

—Lo que el chino quiere decir es que tenemos que quedarnos organizando acá —dijo Jacob— Vayan ustedes, ponte en el canal dos para hablarme, habrá tormenta eléctrica es posible que tengamos problemas con la energía, cualquier novedad informen —agregó un poco nervioso, todo el mundo estaba muy preocupado

—Perdón —dije mirando al chino y él asintió, me dio dos golpes en la espalda y nos fuimos corriendo al auto.

Le mandé un mensaje al capitán para que me diera una mano con sus eternos contactos de todos lados, él obviamente se puso a disposición para ayudarme en todo. Llegamos a la ubicación del teléfono después de casi una hora y media, habían policías y bomberos por todos lados, la maldita tormenta no daba tregua.

—Teniente Lanzani. Mucho gusto, soy el capitán Lopez, me llamó Leo y estoy enterado de la situación —dijo uno de los bomberos y me dio la mano— estamos recorriendo todo el perímetro, lamentablemente este clima no nos ayuda para nada, la brigada dice que mientras menos personas estén en el bosque es mejor, pueden adulterar pruebas y ya sabes que están a cargo de esto —asentí y miré al chino

—Tienen razón, podemos interferir en cualquier pista importante —suspiró agobiado

—Perdón pero nos vamos a quedar acá mirando, vamos. Entremos con un auto a ese lugar, no pueden estar tan lejos —dijo Euge mirando hacía todos lados.

—Darín —se acercó un detective— no podemos levantar los drones, según el clima mañana a las siete de la mañana va a parar de llover —me dolía la panza, la luz se estaba yendo— lo ideal es que entre la menos gente posible, este es el último punto de avistamiento, pero no podemos asegurar que estén en este lugar, ya estamos en contacto para revisar las cámaras de seguridad que están por los alrededores

—Ok —dijo el chino mirando hacía todos lados— Mi novia está perdida, es bombera, la detective Esposito, Bella... ella es su mujer —apuntó a Eugenia— y Cande, la novia de Andrés bombero —nos presentó rápidamente— yo sé que es horrible lidiar con los familiares desesperados pero no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que deje de llover

Dos ExtrañosWhere stories live. Discover now